No está de más comenzar este breve escrito sosteniendo que la solución de fondo al problema de la inseguridad radica en la mejora en los niveles de calidad educativa, en la disminución de la desigualdad socio-económica y en la completa inserción de cada ciudadano a la vida social y política de la cual es parte. Habiendo dicho esto, pasaremos a argumentar sobre algunos puntos que nos permitirían dar una visión favorable con relación al tema de la implementación de la policía comunal.
Con relación a lo que sosteníamos en el párrafo precedente, la atención de las condiciones sociales es la solución de fondo al problema de la inseguridad. Ahora bien, por supuesto, excluyendo este tema y centrándonos exclusivamente en las discusiones de gestión de los organismos de seguridad, es razonable sostener que más presencia policial en las calles y la videovigilancia son elementos a la hora de enfrentar el problema de la inseguridad. La presencia de policías comunales en las calles de los municipios se sumaría a la presencia actual de efectivos de la Provincia. Este es un primer punto a tener en cuenta. Por otro lado, es razonable sostener que la gestión de la videovigilancia sea más efectiva si está descentralizada en cada municipio, a condición de que exista una gestión de la comunicación apropiada y eficiente entre las fuerzas municipales y la provincial.
Es posible argumentar que las fuerzas municipales, si no son manejadas correctamente, se conviertan en meras fuerzas de choque ilegales al servicio del poder municipal de turno. Sin embargo, este tipo de argumentación también sería aplicable a la policía provincial o las fuerzas de seguridad nacional. No sería, por ende, un argumento dirigido exclusivamente a la crítica de la implementación de la policía comunal. Por el contrario, la implementación de la policía comunal daría como resultado que la responsabilidad política de la misma, y las consecuentes críticas por parte de la población vislumbradas en una futura votación, recaigan en el intendente. Por ende, una gestión eficiente de la nueva fuerza de seguridad en cuestión pasaría a formar parte primordial de la agenda política de los municipios.
Mencionamos la responsabilidad política del intendente y la necesidad de que exista una comunicación fluida entre las fuerzas comunales y las provinciales y nacionales. Ahora bien, otros puntos sobre la gestión de la nueva fuerza son dignos de mención. Por ejemplo, desde la Provincia se debería velar por evitar la asimetría en el financiamiento de las diferentes fuerzas comunales.
Finalmente, sería interesante pensar en lo que entendemos por policía comunal. En realidad, la ventaja más importante que tiene la policía comunal es la de tener en cuenta la participación comunitaria a través de juntas vecinales o comunales de seguridad por barrio o municipio, constituidas por voto popular y que participen en la toma de decisión de la gestión de la policía comunal. Esto en aras de la democratización de la gestión de seguridad y en la necesidad de la completa inserción de cada ciudadano a la vida social y política de la cual es parte (tema que constituye uno de los pilares de fondo para abordar el tema de la inseguridad). Aún más todavía, la participación comunitaria juega un importante papel en la legitimación de la nueva fuerza. Esto en aras de la política comunicacional de la misma.
Sería deseable una mirada atenta al caso brasileño y a la creación de los CONSEG Estos consejos son definidos como un grupo de personas del mismo barrio o municipio que se reúnen para discutir, analizar, planificar y proponer las soluciones de sus problemas comunitarios de seguridad, desarrollan campañas educativas y estrechan lazos de entendimiento y cooperación entre los diversos líderes comunitarios.
Dr. Leandro Indavera
Secretario Educación Cecreda.