Notas de Opinión

¿Ajuste ortodoxo? ¡Jajaja!

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Luego de la devaluación de enero en su  salto del 17%, acompañado de medidas del Banco Central (BCRA) subiendo tasas de interés hasta un pico del 30% a finales de febrero, aspirando pesos del mercado por 40.000 millones a través de Lebacs, el anuncio de la eliminación de subsidios a servicios públicos, entre las principales medidas, dieron argumentos a analistas y economistas para dar presurosas declaraciones que pretendían demostrar un giro en las políticas económicas hacia la ortodoxia clásica y liberal.

 

Lo cierto es que muchos encendieron expectantes las alertas esperando el ajuste fiscal que, en teoría, venía de continuado, pero no fue como “era de esperar”.

El gasto primario subió 44,2%, en sintonía con el ritmo de la recaudación del IVA o de ganancias (42,3% y 46,9% respectivamente).

El gobierno nacional continuó, según sus propias definiciones, con las prioridades puestas en la inversión social e infraestructura.

El plan Progresar a pleno a 2 meses del anuncio, para asistir a aquellos jóvenes que necesitan una cuota de acompañamiento, con un presupuesto para 2014 de 11.200 millones de pesos.

El Fondo de Garantía de Sustentabilidad del ANSeS que en enero tuvo una rentabilidad del 10,9%, equivalente a casi 36.000 millones.

El plan ProCreAr en plena ejecución de 90.000 viviendas y 17 nuevas adjudicaciones de predios para la continuidad del plan, aunque para este año prometieron romper récord en créditos hipotecarios. 

Las paritarias en pleno proceso de negociación, en la que todos los gremios luchan queriendo mantener en empate o ganarle a la inflación.

El mantenimiento de subsidios a la electricidad y el gas a sectores de la sociedad de bajos recursos; son muestras de una batería de medidas que claramente cuestionan el tan mentado ajuste ortodoxo clásico que muchos quisieron poner en contradicción a la administración actual.

Aportes No Reintegrables (ANR) a parques industriales públicos que en 2013 estaban en 600.000 pesos, en  2014 pasaron a 3.000.000, quintuplicando los montos nominales para obras de infraestructura interna en los mismos.

Créditos subsidiados a pymes que estén dentro de 11 sectores estratégicos surgidos del PEI 2020, consensuados con el ministerio de industria, los cuales podrán acceder a los beneficios del Programa de Inserción Laboral (PIL), impulsado conjuntamente por el ministerio de Trabajo, para que añadan a sus plantillas de empleados a aprendices y diseñadores.

El Programa Precios Cuidados tuvo una incidencia de medio punto porcentual en el IPC-Nu, dado que la gente se lo tuvo que tomar en serio y no permitirse convalidar cualquier precio. Un cálculo de la Federación de Supermercados Chinos estimó que en febrero, el ranking de los 250 productos más vendidos incluía 102 del programa  Precios Cuidados. Si tomamos en cuenta que el programa tenía 194 productos (muy pocos para un universo total de 15.000), representa un 53% del total de los productos del programa.

Pero la suba de la tasa de interés, ¿No va en contra del sostenimiento del nivel de actividad y el consumo? Sí, aunque el impacto no es alto, dado el bajo porcentaje de bancarización que está en el 26% (medido en función del volumen de depósitos como porcentaje del PBI) según FELABAN, por un lado, y por otro, al afectar principalmente al costo del capital de trabajo, este será contenido en parte por créditos subsidiados que contemplan esta problemática, al haber autorizado el BCRA que parte de los créditos (EL 10% de los 24.000 millones) para la inversión productiva (LCIP) se puedan destinar al descuento de cheques de pago diferido, que en el primer bimestre sumaron 4.051 millones a una tasa del 17,5%.

Como vemos, no hay tal ajuste ortodoxo clásico. Pero sí hay que ajustar rápidamente los resultados que al día de hoy se dieron en los subsidios.

Un estudio de la Dirección Provincial de Estudios y Proyecciones Económicas de la Provincia de Buenos Aires exhibe algunas conclusiones en términos de distribución en los beneficiarios.

El 20% más rico de la población del país recibe más de 2,5 veces en subsidios lo que recibe el 20% más pobre de la Argentina. Si abrimos el análisis por servicios, vemos que los subsidios al servicio de agua y saneamiento, el 10% más rico recibe 11 veces lo que recibe el 10% más pobre de los habitantes. Respecto a los subsidios al transporte, el 10% más rico recibe 4 veces lo que recibe el 10% más pobre.

Como vemos, los subsidios se han concentrado en los sectores de la sociedad que más han reclamado resguardo del poder adquisitivo, y más han mostrado disconformidad con la gestión del gobierno nacional. Salvo el caso del gas envasado, ninguno de los subsidios se concentra en los sectores más pobres.

Al retomar el tratamiento de los recortes de los mismos a los sectores menos necesitados, el gasto fiscal se verá aliviado con un gasto innecesario.

Seguramente, las políticas económicas seguirán la senda de las correcciones sin olvidar las premisas que tiene esta administración con las clases populares; aunque no haya holgura como en años anteriores quienes esperen el ajuste fiscal fuerte probablemente no lo vean este año.

Por Marcos Leonetti
Analista de Cecreda
Economista. Director de La Economía Online

 

 

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