En el día de hoy se aprobó una una nueva apertura de canje para reestructuración de deuda en Cámara de Diputados. Partiendo de la deuda resultante de estas obligaciones emitidas, por Gobiernos anteriores, hasta el año 2001 inclusive, fue renegociado y canjeado aproximadamente un 93% del total. Esto ha sido concretado en las aperturas del 2005 y 2010 por el kirchnerismo.
La deuda externa acumulada en el año 2001, en buena medida producto de estas emisiones, representaba un valor en torno al 95% del PIB argentino. Actualmente este porcentaje se encuentra en aproximadamente un 10% del PIB (neto de obligaciones internas, como por ejemplo la que el Estado posee con el Banco Nación). Esta situación se desprende del sencillo hecho (o no tanto) de que durante la última década se ha llevado a cabo un cumplimiento ejemplar de las obligaciones existentes por parte del Estado argentino, luego de que el Gobierno anterior dejara como herencia económica un ingreso al default.
A pesar de todo esto, actualmente se ha generado una insólita sensación de incumplimiento que, tristemente, fue motorizada por reclamos judiciales de enormes grupos económicos que se dedican a especular con mecanismos de usura en torno a la economía de países en quiebra. Más conocidos como “Fondos buitre”, si es necesario ampliar la explicación que nos ofrece la forma en que se los llama, estos conjuntos de capitales se dedican a adquirir títulos de deuda “basura” emitidos por países cuya economía se encuentra en Lógicamente, al adquirirlos en esta situación, su valor se encuentra completamente devaluado por el simple hecho de que la capacidad de pago de quien los emitió es casi nula, es decir, la esperanza de cobro de los mismos tiende a cero. Por ende, mientras su valor de mercado en las bolsas del mundo se desploma porque todos los tenedores buscan desprenderse de ellos, unos pocos capitales especulativos los compran a ese inusitado precio. Esto puede verse de manera clara en economías como la de Grecia, por citar un ejemplo concreto y a la vista en cualquier medio de información financiero internacional.
Pasado el tiempo (años, no días ni meses), y a partir del enorme esfuerzo económico de una gran parte de los agentes que interactúan en la macroeconomía de un país en quiebra, el Estado se ha encargado de respetar los compromisos antes asumidos y, a partir de una quita lógica que le permitiera continuar creciendo y sacar a flote a su economía, y continuar con el pago de su deuda. Esta mecánica se ha dado gran cantidad de veces en la historia. Por su parte, el proceso de reestructuración de deuda tuvo dos grandes momentos en nuestro país en los años 2005 y 2010. A partir de estos dos canjes, como se mencionó anteriormente, se logró cumplir y poner orden sobre el 93% del total de la deuda existente. Es decir, esa enorme cantidad de acreedores consideró lógica la propuesta del Gobierno argentino y, por lo tanto, sus reclamos dejaron de estar en situación de default. El 7% restante, en buena medida, está conformado por fondos buitre que, intencionalmente, especularon con no ingresar ni aceptar los ofrecimientos de pago de parte del Estado argentino, para reclamar la totalidad de la deuda judicialmente más adelante. Es importante mencionar que, al haberlos adquirido a precio tan bajo, aceptar el ofrecimiento argentino hubiese representado para el grupo económico buitre un nivel de rentabilidad inexplicablemente grande. Sin embargo, haciendo honor a su apodo, prefirieron tomar otro camino.
Esta situación y otras similares tiene varios antecedentes judiciales en diferentes partes del mundo y, hace tiempo, los fallos son en contra de los fondos buitre, dada la manifiesta y clara búsqueda de usura, algo repudiado en general de manera internacional y que, además, es considerada una práctica ilegal.
Sin embargo, los reclamos realizados contra la Argentina en tribunales estadounidenses han sido tomados, principalmente por el ya famoso Juez Griesa. Actualmente, la única instancia que el Gobierno Argentino tiene por delante, luego de apelar, es la decisión que tome la Corte Suprema de EEUU. De cara a esta instancia, el equipo económico argentino, asesorado por el equipo de letrados que lo defiende en la disputa judicial, ha dispuesto esta reapertura de canje de deuda para el pequeño margen de acreedores que aún no se ha plegado a la misma.
Esta medida resulta una correcta estrategia ante el máximo tribunal estadounidense, demostrando una vez más fuerte vocación de pago (inclusive, con acuerdo y apoyo explícito de diferentes sectores de la oposición, incluyendo al PRO, Peronismo Federal y Radicalismo).
El objetivo, en términos económicos, estará en alcanzar una aceptación de canje de deuda total acumulada en torno al 95% (por lo tanto, entre $2.000 y $3.000 millones más a lo ya logrado anteriormente) que fortalezca la postura de que la oferta realizada es completamente lógica y resulta conveniente en términos económicos para los acreedores, despejando todo tipo de dudas que lobbystas quieran instalar.
Se espera que se ofrezcan, como suele realizarse en este tipo de negociaciones, una propuesta para acreedores corporativos, por un lado, y otra adecuada para particulares (que ostentan una deuda considerablemente inferior a los anteriores). En cuanto a la primera, seguramente se emitan bonos por aproximadamente un 65% de la deuda original, además de otro instrumento de deuda de 8,75% TNA para el pago de intereses. Por otra parte, en cuanto a particulares, el ofrecimiento consistirá en bonos sin quita respecto a la deuda inicial y, por otra parte, se omitirán intereses acumulados a la fecha pero, en cambio, se anexará cupón de PIB a los bonos mencionados.
Dado que sería extraño que el máximo tribunal norteamericano falle perjudicando con jurisprudencia negativa a gran cantidad de agentes en litigio y en situación similar a la Argentina, no esperamos un revés en este sentido. Sin embargo, resulta repudiable la actitud de la Cámara de Apelaciones del país norteamericano, perjudicando a la reputación sobradamente cumplidora que ha sabido conseguir nuestro país, además del controversial apoyo implícito que se está dando a los repudiables fondos buitre y el mensaje para la comunidad financiera mundial que esto representa.
Es necesario soltar la mano definitivamente al paradigma especulativo y usurero que ha demostrado estar lejos de la economía real y, principalmente, aún continúa destruyendo economías como Grecia, España e Irlanda, basado en el lucro durante las crisis y en paquetes de medidas que, bajo el pretexto de ayudar en su recuperación, sólo acrecientan la dependencia económica y financiera de las naciones.
Mauro González
Presidente