Economía

Atucha II al 100%

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La llegada al ciento por ciento de su potencia de la central nuclear Atucha II Presidente Néstor Kirchner implica un gran avance hacia la soberanía energética. El 18 de febrero la presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto para celebrar la puesta en funcionamiento del reactor en toda su capacidad.

 La mandataria consideró como un “hito histórico” la incorporación al cien por cien de la tercera central nuclear argentina al sistema energético nacional y  recordó que en la década de los 90 la Argentina había perdido su rol de actor nuclear más importante de Latinoamérica. Esa situación comenzó a revertirse a partir de 2004, cuando el ex presidente Néstor Kirchner lanzó el Plan Nuclear Argentino y tomó la decisión de continuar con Atucha II a pesar de que se encontraba en estado de abandono. 

De esta manera, la jefa de Estado expresó que nuestro país regresa “al lugar de donde nunca debió irse, figurar entre los 11 países que producen uranio enriquecido”. Pero aclaró que “con una diferencia, eso sí, nuestro país es líder en materia de no proliferación nuclear. Somos hombres y mujeres de paz, no le ponemos bombas nucleares a nadie ni amenazamos con misiles nucleares a nadie”. 

Además, la presidenta destacó que en 2003 no había ninguna empresa con certificación para trabajos nucleares en la Argentina y que en la actualidad hay 129, de las cuales 25 son compañías certificadas para la construcción de obras nucleares y 104 están certificadas como proveedores de esos trabajos. Respecto a los recursos humanos, recalcó que “el Plan Nuclear ha significado 5.220 nuevos especialistas en materia nuclear; 1780 científicos y expertos; 1100 profesionales adultos; 390 jóvenes profesionales; 620 jóvenes técnicos para Atucha II; 1330 soldadores nucleares. En el año 2003 la industria nuclear tenía apenas 3.000 trabajadores; hoy tiene 8.220 trabajadores, 174 por ciento más de mano de obra de alta capacitación”.

En relación a la soberanía energética del país, Fernández de Kirchner destacó que del total del parque energético de la Argentina “solamente un 5 por ciento era del Estado nacional, un 2 por ciento de ese parque pertenecía a las  provincias, a los privados nacionales pertenecía un 13 por ciento y el 80 por ciento estaba en manos privadas extranjeras”, mientras que ahora el Estado es dueño del 45 por ciento del sistema energético nacional, las provincias tienen un 2 por ciento, los empresarios nacionales son propietarios del 30 por ciento y los privados extranjeros poseen el 23 por ciento.

Respecto al futuro, la mandataria remarcó que “estamos lanzando el Plan 2015-2035, plan de 31.000 millones de dólares que ya está en ejecución, con el reactor nuclear Carem de pequeña producción energética y principio por el que puede llegar a 200 o 300 megavatios, para aquellas regiones, aquellas zonas que no necesitan un gran consumo pero necesitan tener energía; pequeños pueblos, pequeñas regiones a lo largo y a lo ancho del país. Y ahora con los acuerdos que hemos celebrado con la República Popular China vamos a poder poner en marcha dos centrales nucleares más, con alta tecnología, para seguir impulsando trabajo.”

Acompañaron a la presidenta el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández; el ministro de Planificación, Julio De Vido; el ministro de Economía, Axel Kicillof; la ministra de Industria, Débora Giorgi; el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; el intendente del partido de Zárate, Osvaldo Caffaro; las autoridades de Nucleoeléctrica Argentina S.A. y de la Comisión Nacional de Energía Atómica, gobernadores y legisladores nacionales y provinciales. También estuvieron presentes los trabajadores de la central, los obreros que participaron en su construcción, técnicos, ingenieros, científicos y militantes.

De Vido expresó que “Atucha II significa un antes y un después en términos de tecnología y soberanía nacional” y consideró que «el desafío ahora son dos centrales nucleares más».

Por su parte, Kicillof resaltó que “la puesta en órbita del satélite Arsat por un lado y la puesta en marcha de Atucha II, con tecnología satelital y nuclear hechas en Argentina, son dos proyectos que eran absolutamente imposibles si no había decisión política”. Respecto a su área, Giorgi destacó que «para la industria significa no solamente los puestos de trabajo que se crearon y el desarrollo nuclear para energía y medicina, sino energía barata y competitiva».

Las tres plantas de energía atómica del país, Atucha I Presidente Juan Domingo Perón, Central Nuclear Embalse y Atucha II Presidente Néstor Kirchner, son operadas por la empresa Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Aónima (NASA), dependiente del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. A su vez, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), como organismo rector de la energía nuclear del país, otorga asesoramiento, asistencia técnica y servicios especiales a Nucleoeléctrica Argentina.

La CNEA fue creada en 1950 bajo el gobierno de Juan Domingo Perón y se dedica desde entonces al estudio, al desarrollo y a la aplicación de los aspectos vinculados con la utilización pacífica de la energía nuclear. NASA fue establecida en 1994 durante la presidencia de Carlos Menem, con el objetivo de desarrollar la generación y comercialización de electricidad a través de centrales nucleares.

Atucha I, primera central nuclear de América Latina, se conectó al sistema eléctrico nacional el 19 de marzo de 1974 y comenzó su producción comercial el 24 de junio del mismo año. Está situada sobre la margen derecha del río Paraná de las Palmas, en la localidad de Lima, partido de Zárate, a 100 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Posee una potencia eléctrica bruta de 363 megavatios eléctricos y emplea mezcla de uranio natural (0,72%) y uranio levemente enriquecido al 0,85%.

La Central Nuclear Embalse, cronológicamente la segunda planta nuclear de nuestro país, inició su operación comercial en 1984. Está emplazada en la costa sur del Embalse del Río Tercero, provincia de Córdoba, a 100 kilómetros de la ciudad de Córdoba y a 700 de la ciudad de Buenos Aires. Pertenece al tipo de centrales de tubos de presión, cuyo combustible es el uranio natural y su refrigerante y moderador es el agua pesada. La central cuenta con una potencia de 648 megavatios y genera energía como para cumplir los requerimientos de 3 a 4 millones de personas. 

Atucha II está localizada en el mismo emplazamiento que Atucha I. Su construcción comenzó en 1982 y se preveía su finalización para 1987 pero ante las dificultades económicas la obra fue dejada de lado. En 1994, durante el gobierno de Carlos Menem su construcción fue detenida definitivamente, el presupuesto de la CNEA se redujo notablemente y se trató de privatizar las centrales ya existentes. Las obras estuvieron paralizadas hasta 2006, cuando durante la presidencia de Néstor Kirchner se creó el Plan Nuclear Argentino y se recuperó la CNEA, con la intención de afianzar la opción nuclear como fuente de generación eléctrica y la ampliación del desarrollo de las aplicaciones de la tecnología nuclear a la salud pública, el agro y la industria. 

En 2011 la central de energía nuclear Atucha II fue puesta en marcha. La reanudación y finalización de la obra implicó una inversión de 18.000 millones de pesos y posibilitó la recuperación de técnicos y profesionales especializados y de contratistas y proveedores, además de la formación de soldadores, cañistas y montadores de calidad nuclear, entre otras especialidades que habían desaparecido. Se recuperó así la capacidad nacional para el diseño y construcción de centrales nucleares de potencia y se pasó de los 3.000 puestos de trabajo en el área de tecnología nuclear que había en 2003 a los 8.200 que hay en la actualidad, lo que significa un aumento del 174%. 

La central nucleoeléctrica cuenta con una potencia de 745 megavatios eléctricos a base de uranio natural y agua pesada, que son producidos en nuestro país. El agua pesada es agua corriente destilada, cuya composición química está formada por hidrógeno y oxígeno (H2O), enriquecida hasta convertirse en deuterio y oxígeno (D2O). Es insípida e incolora y no es tóxica.

La primera reacción en cadena de la central fue registrada el 3 de junio de 2014 y tras alcanzar recientemente su máxima potencia, comenzó a aportar 692 megavatios al sistema eléctrico interconectado. Esa cifra, que equivale a la demanda energética de Tucumán durante tres años, Salta durante cinco años o Santiago del Estero durante nueve años, servirá para brindar energía a más de tres millones de argentinos y posibilitará un ahorro de 400 millones de dólares en importación de combustible.

En lo referente a la preservación del medio ambiente, Nucleoeléctrica Argentina busca prevenir la contaminación y minimizar el impacto ambiental adverso derivado de sus actividades y cumplir con la legislación ambiental. Sus centrales nucleares no emiten gases contaminantes a la atmósfera. 

La energía nuclear tiene una importancia fundamental, debido al incremento de la demanda de electricidad y al precio de los productos petrolíferos. Se trata de una fuente energética limpia, que no genera gases ni partículas causantes del efecto invernadero. Además, sirve para garantizar el suministro eléctrico pero también contribuye al cumplimiento del Protocolo de Kioto por su competitividad y porque evita la de emisión a la atmósfera de CO2.

De cara a los próximos años, es importante la firma de un acuerdo de Cooperación en los Usos Pacíficos de la Tecnología Nuclear entre la CNEA y la Autoridad China de Energía Atómica (CAEA), que establece un marco general para la «cooperación en los campos de la investigación y el desarrollo en los usos pacíficos de la energía nuclear». El convenio abarca distintas áreas, como la investigación, diseño, desarrollo, construcción, operación y mantenimiento de centrales nucleares y reactores de investigación; la investigación y el desarrollo del Ciclo de Combustible Nuclear y la gestión de residuos radioactivos; la producción y utilización de radioisótopos en la industria, la medicina y la agricultura; y la formación de recursos humanos, entre otras.

Con este acuerdo la CNEA comienza a prepararse para trabajar en el desarrollo de Atucha III, la cuarta central nuclear argentina, que se llamará «Proyecto Nacional». La central de 800 megavatios estará ubicada en el mismo predio en el que están las centrales Atucha I y Atucha II y será de tecnología de tubos de presión y agua pesada. También se planea la construcción de una quinta central, de 1000 megavatios. 

El plan nuclear 2015-2025 prevé una inversión de 31.000 millones de dólares, que posibilitará la construcción de las dos nuevas centrales nucleares, la recuperación de planta de enriquecimiento de uranio Pilcaniyeu, la construcción del reactor CAREM de 25 megavatios y la extensión de vida útil de las Centrales Embalse y Atucha I. También está planeada la construcción de una planta de producción de dióxido de uranio en Formosa y de los reactores multipropósito con Brasil RA10 y RMB, y la federalización de la medicina nuclear a través de centros de diagnóstico en Chubut, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Santa Cruz y Santiago del Estero.

De este modo se pretende afianzar la cadena de proveedores locales asociados a la industria nuclear nacional y aprovechar las capacidades recuperadas luego de la terminación y puesta en marcha de Atucha II.

La idea de que Argentina posea energía nuclear propia, iniciada por Juan Domingo Perón, es retomada a través de estas iniciativas llevadas adelante por el gobierno nacional. Se trata de lograr la consolidación de la soberanía energética, a través de los proyectos que ya se concretaron y de los que están planificados para los próximos años.

Hay que recordar, para que no vuelva a suceder, que en la década del 90 se resolvió hacer lo contrario. Se abandonaron los planes energéticos autónomos, se sometió la soberanía nacional a los intereses de países opuestos a que Argentina tenga proyectos nucleares independientes y se favoreció a grupos empresarios extranjeros.

El desarrollo de la capacidad científica y tecnológica argentina y el control de los recursos energéticos por parte del Estado son cuestiones de suma importancia para la defensa de los intereses nacionales. Se trata de decisiones políticas estratégicas que deben ser mantenidas. 

Fuentes:

  • Comisión Nacional de Energía Atómica: http://www.cnea.gov.ar
  • Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima: http://www.na-sa.com.ar
  • Presidencia de la Nación Argentina: http://www.presidencia.gob.ar 
  • Télam: http://www.telam.com.ar

 

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