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El gobierno debería centrarse en implementar políticas económicas y fiscales sólidas y efectivas que permitan estabilizar el valor del peso

La adopción del dólar como moneda de curso legal en lugar del peso en la economía argentina conlleva importantes desventajas y perjuicios para el país.

En primer lugar, el uso del dólar como moneda nacional limitaría la capacidad del Banco Central para implementar políticas monetarias y fiscales efectivas para estabilizar la economía. Además, la dolarización de la economía implicaría una mayor vulnerabilidad a las fluctuaciones del tipo de cambio del dólar, lo que podría provocar una mayor inestabilidad económica y financiera. También tendría implicaciones significativas en el comercio exterior y en la competitividad de las empresas argentinas, que se enfrentarían a mayores costos de transacción y a una menor flexibilidad en la fijación de precios.

Otro problema importante que plantea la adopción del dólar como moneda nacional es que podría exacerbar las desigualdades económicas y sociales existentes en el país. La mayoría de la población argentina tiene un ingreso en pesos y un aumento en el valor del dólar. Como ocurre con frecuencia, puede hacer que los productos importados sean más caros y provocar un aumento en el costo de vida para aquellos que dependen de los ingresos en pesos.

El uso del dólar como moneda nacional en lugar del peso puede tener graves consecuencias para las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y el desarrollo industrial en nuestro país. En primer lugar, la dolarización podría generar una mayor volatilidad en los precios de los insumos y los productos, lo que aumentaría los costos de producción para las pymes y las haría menos competitivas frente a las empresas extranjeras. Por otro lado, la incertidumbre en el mercado cambiario podría desalentar la inversión en el sector industrial, lo que a su vez limitaría el crecimiento, la creación en puestos de trabajo y el desarrollo de la economía.

En segundo lugar, puede aumentar el riesgo de las empresas, especialmente de las PYMEs, que en muchos casos no tienen acceso a instrumentos financieros sofisticados para cubrir el riesgo cambiario. Esto puede llevar a la quiebra de muchas empresas pequeñas y medianas, lo que a su vez tendría graves consecuencias para el país, y nuevamente para los puestos laborales y la actividad económica.

Por último, la dolarización también puede aumentar la dependencia de las empresas argentinas del mercado internacional y reducir la capacidad del país para controlar su propia economía. Si los precios de los insumos y los productos están determinados en dólares, las empresas argentinas tendrán menos control sobre sus propios precios y menos capacidad para competir con las empresas internacionales.

La dolarización de la economía puede perjudicar seriamente al desarrollo industrial de Argentina al aumentar los costos de producción, aumentar el riesgo empresarial, reducir la capacidad del país para controlar su propia economía y desalentar la inversión en el sector industrial.

En consecuencia, la adopción del dólar como moneda nacional conlleva importantes desventajas y perjuicios para la economía del país. En lugar de eso, el gobierno deberá centrarse en implementar políticas económicas y fiscales sólidas y efectivas que permitan estabilizar el valor del peso y promover el crecimiento y el desarrollo económico sostenible.

https://www.infobae.com/opinion/2023/04/24/la-dolarizacion-perjudicaria-el-desarrollo-industrial-de-argentina/

Nuestro país ha venido cargando una controversia de tantos años, que nos ha entorpecido para alcanzar el sendero genuino hacia el desarrollo como nación de manera social, económica y cultural

Debemos comprender que existen dos modelos que conllevan a salvaguardar el destino de los habitantes. Un país rentista es aquel que depende en gran medida de sus recursos naturales o de las rentas que obtiene de su inversión en el extranjero, como el petróleo, el gas, los minerales, la agricultura, el turismo o las remesas. En general, estos países tienen una economía menos diversificada y dependen en gran medida de un sector económico en particular.

Por otro lado, un país productivista se enfoca en la producción y exportación de bienes y servicios e invierte en infraestructura, educación y tecnología, y fomenta el emprendimiento y la innovación. Estos países tienen una economía más diversificada y un sector productivo más dinámico y competitivo.

En general, los países productivistas tienden a tener una economía más estable y sostenible a largo plazo, mientras que los países rentistas pueden ser más vulnerables a las fluctuaciones del mercado global y a la dependencia de un recurso en particular. Sin embargo, cada país tiene sus propias fortalezas y desafíos, y no hay una única estrategia que funcione para todos.

Sin embargo, no existe país desarrollado que promueva, potencie y fortalezca su industria. La industria nacional es de gran importancia para cualquier país debido a varios motivos. Algunos de los principales son:

-Creación de empleo: La industria nacional genera empleo directo e indirecto en una amplia gama de sectores, lo que contribuye al crecimiento económico y a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

-Desarrollo económico: La industria nacional es un motor clave del desarrollo económico de un país, ya que aumenta la producción y la competitividad, y mejora el acceso a los mercados internacionales.

-Innovación: La industria nacional fomenta la innovación y el desarrollo tecnológico, lo que mejora la calidad de los productos y servicios y aumenta la eficiencia en la producción.

-Reducción de la dependencia del exterior: La industria nacional reduce la dependencia del exterior en términos de producción, lo que ayuda a proteger la economía nacional de las fluctuaciones del mercado global.

-Generación de ingresos fiscales: La industria nacional también contribuye a la generación de ingresos fiscales para el país, lo que puede utilizarse para financiar programas sociales y de infraestructura.

En resumen, la industria nacional es esencial para el desarrollo económico y social de cualquier país, ya que genera empleo, aumenta la producción, fomenta la innovación y reduce la dependencia del exterior. Por lo tanto, es importante que se promueva y se apoye el crecimiento de la industria nacional, con programas específicos donde las pequeñas y medianas empresas tomen un rol protagónico, esencial para el entramado productivo nacional.

https://www.diagonales.com/opinion/argentina—rentista-o-productivista-_a6424eb67bdc595a140f10e24

Para abordar la inflación y apoyar a las Pymes se deben implementar políticas económicas que fomenten el crecimiento, la inversión y el acceso al financiamiento.

Las pequeñas y medianas empresas somos fundamentales para la economía argentina. Somos el motor clave del crecimiento y la generación de empleo, y representamos un porcentaje significativo del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Sin embargo, en los últimos años, las Pymes hemos enfrentado una serie de desafíos, entre ellos, la inflación.

La inflación en Argentina ha sido un problema recurrente durante décadas, y ha afectado a todos los sectores de la economía. Sin embargo, las Pymes somos especialmente vulnerables a la inflación debido a nuestra menor capacidad de negociación con proveedores y clientes, así como a su menor acceso al financiamiento.

Cuando los precios de los insumos y materias primas aumentan, nuestras Pymes se ven obligadas a pagar más por los mismos productos que necesitamos para el normal funcionamiento de nuestra producción, lo que reduce sustancialmente nuestros márgenes de rentabilidad. Además, muchas Pymes no tienen la capacidad de aumentar sus precios al mismo ritmo que la inflación, lo que significa que estos ingresos se erosionan con el tiempo.

Otro desafío importante para nuestras Pymes es el acceso al financiamiento. En un entorno de alta inflación, los bancos y otros prestamistas pueden ser más reacios a prestar dinero, lo que dificulta el acceso de las Pymes al capital para invertir en su negocio y hacer frente a los desafíos económicos.

Para abordar estos desafíos, el gobierno argentino ha tomado una serie de medidas, como el lanzamiento de programas de financiamiento y la implementación de medidas de control de precios. Sin embargo, estas medidas a menudo han sido criticadas por su efectividad limitada y su capacidad para abordar los problemas fundamentales de la economía argentina.

En última instancia, para abordar la inflación y apoyar a las Pymes, se necesita un enfoque más amplio y sostenible. Esto incluye la implementación de políticas económicas que fomenten el crecimiento y la inversión, así como la estabilidad de precios.También es importante mejorar el acceso de las Pymes al financiamiento y crear un entorno más favorable para la innovación y el emprendimiento.

La riqueza que produce nuestro país solo será tal si se reinvierte en el país. De lo contrario pasara a engrosar balances en el exterior. Es menester que cada vez haya más empresarios y empresarias nacionales apostando a un desarrollo capitalista soberano e inclusivo que construya una realidad diferente. A la inflación solo podremos enfrentarla con más producción nacional, democratizando las tecnologías industriales y permitiendo la entrada de nuestra oferta en una escala que repercuta significativamente en la economía real.

En resumen, las Pymes somos fundamentales para la economía argentina y enfrentamos desafíos significativos en un entorno de alta inflación. Es necesario abordar estos desafíos con políticas económicas sólidas y sostenibles que fomenten el crecimiento y la estabilidad a largo plazo.

https://www.ambito.com/opiniones/las-pymes-y-la-batalla-contra-la-inflacion-n5680575

Ante meses de incertidumbre en la economía Argentina luego de la salida intempestiva del Ministro de Economía Martin Guzman, con corridas cambiarias y especulaciones financieras que empujaban a una explosion inflacionaria, la llegada de Sergio Massa trajo en principio una tranquilidad a los mercados y un esquema económico previsible que generó confianza para tranquilizar la situación que se atravesaba.


Los reclamos fundamentales en ese momento estaban centrados en la necesidad de importar bienes e insumos para no detener el aparato productivo, pero la escasez de dólares en las arcas del Estado complicaba esa posibilidad cada vez más. El financiamiento comenzaba a encarecerse cada vez más debido a la suba permanente de la tasa de interés y las economías regionales atravesaban un complejo escenario debido a las inclemencias climáticas que perjudican a la producción.

Ante estos pedidos, el ministro Massa respondió rápidamente en cuanto comenzó a ordenar la macroeconomía acordando con organismos internacionales y reperfilando deudas. Entre las medidas anunciadas ante los diferentes reclamos se destacan la transferencias para las provincias afectadas por las inclemencias climáticas.

Se lanzó el Programa Crédito Argentino, consolidando la oferta financiera del Gobierno y manteniendo el subsidio a la tasa de interés, herramienta fundamental para sostener la actividad económica, la inversión en capital de trabajo y ampliar la capacidad productiva de las pymes.

Impulsar un dólar diferencial con acuerdo y contratación entre los exportadores y los productores para que los incentivos del Gobierno nacional lleguen a todos y la necesidad que los actores participen del programa de Precios Justos para garantizar el abastecimiento en Argentina.

La implementación del sistema que permite a las empresas importar insumos con dólares propios para agilizar la importación de materias primas e insumos en cada pyme. Así podemos garantizar la producción, y se descomprime el requerimiento de divisas al Banco Central. Además, se espera que desde enero próximo las empresas que tienen dolares no declarados puedan usarlos para importar a partir del artículo del Presupuesto 2023 que establece un blanqueo para este tipo de destino o para inversiones.

Estamos ante un escenario en permanente dinamismo donde las pequeñas y medianas empresas tenemos un rol preponderante y una responsabilidad en la formación, inclusión y sostenimiento del entramado productivo nacional, necesitando de un contexto de políticas públicas que apuntalen cada vez mas la industria nacional, el fortalecimiento del Mercado Interno y el desarrollo de las economías nacionales. Con mas programas de financiamiento a tasa subsidiada, que potencien la sustitución de importaciones e impulsen el desarrollo exportador de nuestros bienes y servicios en cada sector estratégico de nuestra economía.

El Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) firman un convenio para favorecer la concertación de programas de cooperación para la ejecución conjunta y coordinada de proyectos de investigación, docencia y/o extension en áreas de mutuo interés.

Buenos Aires, Argentina – El Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) han firmado un convenio de colaboración para fomentar la investigación , formación y el desarrollo en Argentina.

El acuerdo, que fue firmado por Mauro Gonzalez y el Mg Martin Lopez Armengol, establece una alianza estratégica entre CECREDA y la UNLP que permitirá la realización conjunta de proyectos de investigación, el intercambio de conocimientos y la formación de recursos humanos altamente calificados en áreas de interés común.

«Esta alianza estratégica es un paso importante en la promoción del desarrollo economico y científico en Argentina», dijo Mauro Gonzalez, representante de CECREDA]. «La colaboración entre el sector público y la academia es fundamental para el crecimiento del país y para abordar los desafíos del futuro. Estamos muy entusiasmados de trabajar junto a la Universidad Nacional de La Plata en proyectos de investigación y desarrollo que impulsen el progreso de nuestro país».

Por su parte, el representante de la UNLP expresó: «Para la Universidad Nacional de La Plata, esta alianza con CECREDA representa una oportunidad única de fomentar la investigación y el desarrollo en áreas de interés común, en colaboración con un actor clave del sector público. Estamos convencidos de que esta alianza estratégica será altamente beneficiosa para ambas partes y contribuirá significativamente al desarrollo tecnológico y científico de nuestro país».

La firma de este convenio de colaboración es un paso importante en la promoción de la investigación y el desarrollo estratégico y economico en Argentina. CECREDA y la UNLP esperan que esta alianza estratégica sea el punto de partida para futuras colaboraciones y proyectos conjuntos.

Acompañamos la presentación de la 5 Leyes que propone Martín Redrado en la publicación de su último libro en la Confederación General Económica (CGE)

Las leyes que propone Redrado son cinco. Primero, una ley nacional de infraestructura, que planifique las principales obras públicas, incluidas digitales. Segunda, la ley de capitalización de la deuda, para transformar la deuda en inversiones a partir de un cupo que se licite en proyectos productivos en base a la capacidad de generar nuevos empleos y exportaciones. Tercera ley, una de modernización impositiva, ampliando la base de imposición que hoy está en 50% de informalidad, para lograr menos impuestos que paguen más argentinos. 

La cuarta es una de retenciones cero para todo aquel que aumenta las unidades de producción que exporta, midiendo por unidades, independientemente de lo que exporte, buscando generar una política de exportación y de inserción productiva. 

Por último, una ley de estabilización macroeconómica, con una fuerte reducción del gasto público planificada en diez años. «Pero hay que empezar dando el ejemplo en la política, bajar los 22 ministerios que hay actualmente a 8, como dice nuestra Constitución. Y encarar la reducción del gasto político en forma equitativa en todo el país, en cada provincia, en cada distrito», agregó.  

El director general de la Fundación Capital puntualizó que «Argentina necesita un proyecto económico nacional que lo lleve adelante un equipo, porque no solo se necesitan ideas, sino quienes lo puedan llevar adelante, sino es mero voluntarismo»

Acompañado de la Lic. Laura Tuero, el nuevo Subsecretario de Promoción del Comercio e Inversiones del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Guillermo Merediz, se reunió con autoridades de la Institución para acercar propuestas de lo que será su nueva gestión y así generar una agenda de trabajo con los sectores productivos que están tratando de mostrar al mundo sus productos.

Un encuentro de trabajo muy esperado por el sector de EERR de nuestra Confederación  tuvo lugar en la sede de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación. Un importante número de dirigentes de todo el país fueron recibidos por el Secretario Juan José Bahillo, quien atentamente escucho las problemáticas de los sectores vitivinícolas, olivareros, madereros,  frutihortícolas y ganadero

Se trataron los siguientes temas:

1- Politica de precios. Proyecto de ley para la creación de una Comisión Formadora de Precios Vitivinicolas

2- política exportadora. Dólar de 200 pesos

3- Derogación del decreto 2284/ 91 de desregulacion económica de Menen.

4- Que sean incluidos en el régimen de licencias no automaticas la importación de productos frescos o industrializados que producen las Economías Regionales como por ejemplo el vino a granel.

5- Debido a la sequía que afecta a la mayoría de las EERR, y en consecuencia la necesidad del uso intensivo de energía eléctrica por el uso de perforaciones q en muchos  casos superan los 300 metros de profundidad y el máximo aprovechamiento del recurso mediante la instalacion de sistema de riego presurisado, es que solicitamos se nos mantengan el subsidio a la energia eléctricas.

6- Créditos promocionales a largo plazo y bajo interés para mejoramiento de los sistemas de riego.

7- Se legisle para que este tipo de inversión tenga un régimen impositivo de aceleración de amortización en el año fiscal vigente.

8.Que se dé cumplimiento con lo establecido en la ley protección de glaciares y ambiente periglaciar.

9- Derogación de la COVIAR y reemplazo por una ley similar a la que tienen los yerbateros.

El 26 de agosto, el flamante Subsecretario Pyme de la Nación Tomás Canosa junto a la Directora Nacional de Fortalecimiento de la Competitividad Pyme Julia Watman, recibieron al presidente de CECREDA, Mauro González y miembros de la Asociación.

La reunión tuvo como objetivo varios ejes que fueron desde el inicio de la planificación de una agenda de trabajo conjunto, poner en conocimiento de lo actuado hasta el momento con la Sepyme, y la continuidad de los programas y herramientas que promueve la sub-secretaria. Durante el encuentro, se resaltó la importancia y necesidad de la continuidad de las políticas públicas que impulsan del desarrollo productivo en todo el pais.

Se plantearon las distintas asimetrías que existen en relación a los procedimientos tributarios, la categorización de pymes y al pago de tarifas de energía de las diferentes regiones.

En referencia a las EERR, la política de concentración de precios que atentan con la rentabilidad del productor, y la necesidad de más apoyo crediticio para el sector.

El sistema financiero es realmente una economía irreal, que nada tiene que ver con la generación de más riqueza mediante el trabajo o la producción de bienes o servicios. El sistema financiero podría generar riqueza en la medida en que participara activamente en el sector productivo del país. En este sentido, es imperioso avanzar de manera urgente y necesaria en una nueva ley democrática de entidades financieras que signifique dar un paso adelante en el camino hacia un sistema financiero más justo y equitativo en Argentina, condición fundamental para todo proyecto de desarrollo económico nacional con inclusión social.

El sistema financiero mundial se encuentra actualmente en agenda de todos los países. Su relación con la economía real y las maneras en que el sistema financiero contribuye a crisis como la que hoy vive el mundo entero, se encuentra en el ojo de la tormenta. Pero toda historia tiene un comienzo, y para poder interpretar este presente, es necesario, contando con las virtudes clarificadoras del revisionismo histórico, remontarse al pasado.

La génesis del sistema financiero puede rastrearse en la Inglaterra post Revolución Industrial, que tuvo la necesidad de realizar inversiones o tan sólo «hacer circular» el dinero excedente del comercio exterior. La mejor forma de darle curso a ese excedente y, de paso incrementarlo, fue la colocación de créditos a tasas usurarias en los países que comenzaban a desandar el camino de la independencia y la construcción nacional. El capital prestado implicaba un interés que reproducía a las divisas entregadas en el corto plazo, sin pasar por el sistema productivo y ni por la creación de valor agregado de algún bien. Por lo tanto estas divisas se incrementaron sin ningún esfuerzo productivo por generar riqueza de bienes.

Años más tarde, este sistema financiero fue tomado una forma corporativa, y lo que en principio era un simple empréstito, fue mutando en bonos de deuda pública, que cotizaron en las bolsas de valores que fueron creándose en todo el mundo, fondos de inversión y acciones que las empresas emitían para obtener dinero fresco a cambio de un compromiso de pago a futuro.

Esta fórmula para crear un sistema económico de la nada y que no produce ni genera riqueza tangible, generó un nivel de divisas sin un sustento en los bienes que deberían respaldarlo. Si la suba del valor accionario de una empresa depende de la decisión de un hombre y no de una generación tangible de riqueza, los límites de la economía real son sobrepasados.

Fue entonces que en los años 70, tras la fuerte suba del petróleo (commodity), el dinero excedente de la renta petrolera volvió a generar una necesidad de colocación de capital. Durante estos años existían cientos de países en vías de desarrollo, como el nuestro, que contaban con las imprentas listas para emitir bonos y hacerse de ese dinero fresco que aliviaría algunos aspectos deficitarios de sus economías, sin importar el costo que la sociedad pagaría.

Así comenzó un verdadero aluvión de créditos. Entre 1970 y 1980, América latina incrementó su deuda externa de 27 mil a 231 mil millones de dólares, lo que implicaba un pago anual de intereses por más de 20 mil millones. 

Durante esta década, y precisamente con el golpe militar, nace la argentina financiera o especulativa dirigida por el ministro Martínez de Hoz. No responde a ningún modelo, no pretende producir riqueza ni distribuirla, sino que utiliza los argumentos típicos de la escuela neoliberal de Chicago, para lanzar la reforma financiera que significó, en la práctica, la eliminación de todas las regulaciones sobre el comportamiento de los bancos y la limitación a la capacidad de acción del Estado Nacional. Inaugura así, un nuevo pedido de créditos a organismos internacionales: la Argentina recibió del FMI 400 millones de dólares.

Como consecuencia de estas políticas económicas, se produjo la quiebra de numerosas micro, pequeñas y medianas empresas (PYMES) y la adquisición de alguna de ellas por otras empresas más grandes o multinacionales. El sistema, de esta manera, se concentra y se extranjeriza, producto de los incentivos brindados a la entrada masiva de capitales foráneos a raíz de las elevadas tasas de interés y por la apreciación cambiaria que echaron a rodar la bicicleta financiera y un proceso para desmantelar el sistema productivo argentino. Esta fórmula vuelve a repetirse entre el 2015 y 2019 bajo la administración del Gobierno anterior endeudando al país en más de 44.500 millones de dólares, con una fuga de capitales en 45.000 millones de dólares (paradójicamente el monto prestado por el FMI) y dejando más de 9% de desocupados, con el cierre de más de 25000 pymes.

De esta manera, la valorización financiera se impuso sobre la productiva, generando una vez más la desarticulación del aparato productivo nacional.

Básicamente el sistema financiero es un medio de transferencia de riqueza más no de generación de riqueza. Para generar riqueza, debe crearse valor, agregar o generar valor, algo que poco sabe hacer nuestro sistema financiero en la actualidad.

Avanzar en un proyecto que promueva la producción y no la especulación, que le  brinde al sistema financiero argentino un marco legal más acorde a las necesidades de los clientes, universalizando su acceso, incorporando la problemática regional, en pos de una distribución más equitativa de la actividad financiera a lo largo del territorio nacional, limitando el grado de concentración.

Sin embargo, es importante advertir que para modificar la estructura actual del sistema financiero argentino, este proyecto debería estar acompañado por un paquete de medidas en el que se incluyeran también la modificación de la Carta Orgánica del BCRA y la creación de una Banca Nacional de Desarrollo que, en línea con una política productivista, atienda a las problemáticas específicas de las micro pequeñas y medianas empresas (PYMES), motor fundamental del crecimiento económico y social del país, puesto que contribuyen en gran medida a la generación de empleo genuino y a la inclusión social.

Mauro González

Presidente