La nueva disposición de los Ministerios en el gobierno de Mauricio Macri, específicamente la continuidad del ministro Lino Barañao a cargo del Ministerio de Ciencia y Tecnología y el cambio de nombre del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca a Ministerio de Agroindustria, deja en claro que la agricultura ya dejó de ser hace tiempo la simple actividad de cultivo de la tierra para la obtención de productos para la alimentación del ser humano y sus animales; pasa a ser una explotación de la tierra organizada como una industria con consecuencias positivas y negativas y con controversias que el Estado y la sociedad argentina deben resolver por medio del acceso a la información y velando por el interés de la sociedad en su totalidad.
Por ello, el Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA) publica el informe “Biotecnología y Agricultura. Un análisis del uso de la Agrobiotecnología en Argentina: Beneficios y perjuicios para la sociedad y el ambiente.”
La investigación realiza un recorrido a través de las definiciones de los alimentos modificados genéticamente, derriba mitos con respecto a ellos, estipula el marco regulatorio de la Argentina y estudia el caso particular de nuestro país. Al mismo tiempo, hace hincapié en los herbicidas que matan mucho más que hierbas, las problemáticas físicas y sociales que han causado y realiza un traspaso por diversas investigaciones clave que han determinado la peligrosidad de algunos compuestos. Todo ello, sin olvidar la necesaria sustentabilidad y cuidado del ambiente y del suelo.
Desde CECREDA se considera que Argentina tiene un gran futuro en cuanto se mantenga la inversión en Investigación y Desarrollo, las políticas de incentivo a la ciencia y la tecnología (como el plan Argentina Innovadora 2020) han contribuido a depositar sobre nuestro país una mirada de un mundo que hoy establece bases y condiciones para subsanar la posible falta de alimentos a largo plazo.
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