El consumo es uno de los pilares del crecimiento argentino de los últimos años. El consumo total está compuesto por el realizado en bienes y servicios tanto por el sector público, el Estado Nacional, como por el sector privado, realizado por las familias.
A lo largo de nuestra historia, el consumo siempre ha sido una variable clave. En los últimos 25 años; el consumo total ha representado valores en torno al 80% del PBI. Lo que cabe sobresaltar, es que hacia el segundo trimestre de 2011 se había incrementado (en valores) un 86% con respecto al 2012*.
Hacia el segundo trimestre de 2011; el consumo total representaba el 78% del PBI mostrando la fortaleza de la variable y su importancia en la formación del producto.
La ganancia de participación de los asalariados en la distribución, las políticas públicas direccionadas a otorgar recursos hacia los más necesitados, el incremento de los salarios (tanto en pesos como en dólares), los logros de las paritarias y el fomento al consumo a través de créditos y facilidades; han sido algunos de los principales aspectos que contribuyeron al crecimiento de la variable y, principalmente, al acceso de beneficios por parte de los trabajadores.
Con lo dicho, avanzado el 2011; la economía tiene la base sólida para direccionar su actividad al fomento del ahorro; fomento que contribuye a incrementar el consumo futuro. El aumento del ahorro del presente significa consumo futuro; y esta es la principal señal que toman los empresarios para decidir sobre sus inversiones. Así, con un sistema financiero sólido junto a un mercado de capitales integrado, los cuales puedan canalizar los ahorros en inversión, se encamina un sendero hacia el crecimiento sustentable a largo plazo. A su vez, el incremento del ahorro ayuda a quitar carga sobre la demanda aunque sin contraerla, y modera la variación de precios. Sumado a esto, un sistema financiero eficiente, creíble y unificado en criterios; crea las condiciones para bancarizar a toda la población y educar financieramente a los ciudadanos.
Es de esta manera que los empresarios tendrán una señal clara para tomar fondos y expandir su frontera de producción, introduciendo tecnología e innovación (impulsando también este aspecto), incrementando su productividad y a su vez, ofreciendo mejores situaciones de empleo y mayor creación de trabajo. Ergo, el mayor trabajo y empleo significará sostener y aumentar el consumo e incrementar el ahorro. Este es uno de los caminos a seguir para continuar efectivizando el crecimiento en desarrollo a largo plazo.
*Elaboración en base a datos del INDEC. Valores tomados a precios corrientes de 1993.
Fragmento del libro «La Argentina del Crecimiento frente al Desafío»
Mariano Uccellatore
Socio y Analista de CECREDA.