Análisis y Desarrollo Político

Debate presidencial: una materia pendiente

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Quienes se postulan a una elección tienen propuestas y difieren de otros candidatos. Los electores deben conocerlas para tomar una decisión. Esto parece una obviedad pero no lo es. Los ciudadanos deben tener la oportunidad de ver un intercambio de ideas entre quienes se postulan para gobernar la Nación durante los próximos cuatro años.

Esto se debe a que los spots publicitarios o afiches en las calles no brindan la información que se necesita para tomar una decisión. Un debate presidencial permite conocer sus propuestas y ver cómo interactúan. No sólo esto, muchas veces posibilita observar sobre qué cuestiones los políticos son reticentes a hablar. A su vez, es muy valioso para los electores escuchar las respuestas que dan ante las acusaciones de sus contrincantes. 

Países como Estados Unidos, Chile y Brasil tienen como práctica democrática habitual los debates. En cambio, en Argentina no se realiza uno desde la vuelta a la democracia en 1983. Deberíamos seguir sus ejemplos en este punto y que ese tipo de encuentro no sea noticia sino algo común y valorado por todos. 

El 4 de octubre próximo se realizará el primer debate presidencial en Argentina. Los protagonistas serán quienes superen las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 9 de agosto. Argentina Debate, iniciativa promovida por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) para que se realice el debate, ya definió esa fecha y la modalidad en una reunión realizada en la Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas (ATA). Se decidió que el encuentro se transmitirá en los cuatro canales de aire, en otros del interior y también en varias radios simultáneamente. El coordinador general de Argentina Debate, Hernán Charosky, declaró para el diario Perfil que Argentina es “uno de los pocos países de la región que nunca tuvo un debate presidencial en su historia, al igual que en República Dominicana”.

Gracias al Poder Legislativo, se está avanzando en una temática que hacía tiempo era reclamada por diferentes sectores. La semana pasada diputados del Frente para la Victoria, Unión Cívica Radical, Propuesta Republicana, Frente Renovador, Generación para un Encuentro Nacional, Coalición Cívica y Energía  Ciudadana Organizada, consensuaron un proyecto para que la obligatoriedad de los debates presidenciales tenga fuerza de ley. El proyecto consta de un debate entre quienes superen las PASO y, en caso de ballotage, se realizaría otro entre ambos candidatos. La transmisión se haría por el sistema de radiodifusión nacional y por Internet, cualquier señal podría tomar ésta gratuitamente. Un aspecto a destacar: habrá sanciones a quienes incumplan con la ley. Los spots del candidato que se niegue a participar serán precedidos por un anuncio que indique que no cumple con su obligación de debatir. Es una buena medida para lograr que todos los candidatos cumplan con su deber democrático de debatir. 

Desde la vuelta de la democracia, hace treinta y dos años. En 1983, Raúl Alfonsín e Ítalo Luder no lograron ponerse de acuerdo en elegir a los periodistas moderadores. En 1989, Carlos Menem no se presentó al debate entre él y Eduardo Angeloz. El encuentro iba a realizarse en el programa Tiempo Nuevo conducido por el periodista Bernardo Neustadt. Para las elecciones de 1999, existió la suerte de un debate entre Fernando De la Rúa y Eduardo Duhalde. En 2003, Néstor Kircher Y Menem iban a enfrentarse en un ballotage. El riojano parecía haber cambiado de postura al intentar promover un debate entre ellos. Kirchner declaró: “Menem tiene poca autoridad moral. No quiero dialogar con el pasado”.De igual manera, no se produjo la instancia de ballotage, ya que Menem decidió bajar su candidatura a la presidencia y otorgarle el reconocimiento de ganador a Kirchner.  

Lamentablemente la sensación que deja este repaso es negativa. No hubo un compromiso por parte de los candidatos en discutir políticas públicas y cuestiones de coyuntura con sus adversarios, ante la mirada atenta de los electores. 

Como mencionamos anteriormente, Argentina es uno de los pocos países de la región que no lleva adelante esta práctica que nutre de solidez a la democracia. De hecho, los mismos ciudadanos reconocen su importancia. Según los resultados de una encuesta realizada por la consultora Mora y Araujo, el 78 por ciento de los argentinos cree que es importante que se lleve a cabo un debate presidencial previo a las elecciones de este año y un 71 por ciento aseguró que lo miraría si fuese televisado.

Los ciudadanos saben de su relevancia pero los políticos argentinos son reacios a hacerlos. El país de América con una sólida tradición en debates presidenciales es Estados Unidos. El primero que se transmitió por televisión en blanco y negro, se llevó a cabo entre el republicano Richard Nixon y el demócrata John F. Kennedy en 1960. Desde aquel momento, la tradición siguió e incluso se amplió. Allí inclusive realizan debates entre los candidatos a la vicepresidencia. Se considera a los políticos estadounidenses buenos oradores ya que tienen esta práctica que los fortalece. 

Otro país de la región a destacar es Brasil. Para las últimas elecciones de 2014, que dieron por ganadora a la candidata del Partido de los Trabajadores, Dilma Roussef, Globo, Bandeirantes, Record y SBT, cuatro grandes cadenas de TV, organizaron cinco debates con siete candidatos. Dados los resultados de los comicios, se hicieron cuatro para la segunda vuelta entre Rousseff y Aécio Neves del Partido Social Demócrata Brasilero. 

En Chile también tienen esa costumbre. Sin embargo, en las últimas elecciones de 2013 hubo un debate entre ocho de los nueve candidatos. La actual mandataria Michelle Bachelet fue quien se ausentó, sí se presentó al debate pre ballotage frente a Evelyn Mattei.

Todo debate fortalece la democracia. Es de vital importancia que se realicen antes de cada elección así los ciudadanos tendrían la posibilidad de tener completo conocimiento de las propuestas de cada uno de los candidatos. Argentina debe ponerse a la par de los demás países de la región que sí los realizan y festejan. Este año se dará el primer debate presidencial desde la vuelta a la democracia. Demoramos pero es un gran avance. Ciudadanos y políticos deben velar por su habitual realización. 

Romina Vanesa Rodriguez
Analista de CECREDA

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