Medio: Télam
El Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino afirmó que el programa de inversiones para pequeños ahorristas «crea un canal efectivo de ahorro e inversión que, sin intermediarios, está orientado a la producción».
La entidad destacó además «la profundización permanente de las políticas económicas y la puesta en marcha de instrumentos que permiten orientar los recursos del país, o sea el ahorro, hacia la inversión productiva».
Para el presidente de Cecreda, el economista Mauro González, este año «se han dado pasos fundacionales para que la Argentina entre en un esquema de mercado donde el capital esté al servicio de la producción, y no en función de la especulación financiera».
«Este es el camino -indicó en un comunicado- para fortalecer el capital nacional, el trabajo, el valor agregado, la innovación y la competitividad de nuestras empresas».
Cecreda respaldó en ese sentido los límites impuestos desde fines de 2011 a la compra de divisas con fines de atesoramiento, como vía para reducir la fuga de capitales.
«En promedio, el 3,3% del PBI se fugaba en ahorro estéril (moneda extranjera) desde 1994, y mediante las medidas aplicadas en el último año el porcentaje se redujo a 0,8%», calculó la entidad.
Cecreda considera además «fundamental proponer alternativas voluntarias de ahorro en moneda nacional», que permitan a ahorristas e inversores elegir opciones para proteger o ampliar su capital, «pero con impulso del trabajo y no de la especulación financiera».
El comunicado de la entidad resalta luego la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, que otorga mayores márgenes de acción para intervenir sobre el sistema financiero local.
«En particular, -precisa-, sobre tres cuestiones: orientar el crédito a la producción; garantizar los pagos de deuda soberana y regular el sistema financiero nacional».
Otra medida ponderada por la entidad es la decisión del BCRA de impulsar la financiación de pequeñas, medianas y grandes empresas a una tasa del 15%, lo cual alienta «un fuerte clima de inversión, fortalecimiento y ampliación de la estructura productiva e industrial».
Ese primer paso en el direccionamiento institucional del crédito hacia la producción, considera, debe continuarse con «una nueva ley democrática de entidades financieras».
Por último, Cecreda destaca que la reforma del mercado de capitales «creó el puente que vinculará genuinamente el capital privado y la producción nacional».
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