Análisis y Desarrollo Político

Diferencias y semejanzas entre Cristina Fernández y Alvaro Uribe

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¿Existen similitudes entre la situación política actual de Cristina Fernández y la situación política de Álvaro Uribe Vélez en Colombia desde que dejó la presidencia en 2010? ¿!ué nos dice esto de la coyuntura electoral de la Argentina? 

 

Un poco de actualidad Colombiana 

Luego de las disputas entre Álvaro Uribe Vélez y su sucesor en la presidencia de Colombia, Juan Manuel Santos, basadas sobre todo en la decisión de este último de normalizar las relaciones con Venezuela y empezar diálogos de paz con las FARC EP, apareció en Colombia un nuevo partido: el Centro Democrático. Así como antes  el partido de la U (Unidad Nacional), esta nueva fuerza política se estableció como la organización afín y soporte partidista de Álvaro Uribe Vélez.

Si bien la U nació como plataforma política de Uribe, con la llegada al poder de Juan Manuel Santos, su centro fue moviéndose hacia el nuevo presidente hasta forzar la retirada de Uribe y la subsecuente creación del Centro Democrático. 

Para las elecciones legislativas de 2014 y mediante validación previa por firmas avaladas por el Consejo Nacional Electoral,  el Centro Democrático presentó para el Senado (circunscripción nacional) una lista cerrada liderada por Uribe Vélez . El resultado fue espectacular, al menos en el Senado. El Centro Democrático logró 2.045.564 votos, lo que equivale a 20 senadores (entre 102 curules) y se convirtió así en la segunda fuerza política del país, a penas por detrás de la U (21 senadores) y en la mayor fuerza de oposición al gobierno de Juan Manuel Santos. 

Para el caso de los representantes a la cámara (circunscripción departamental) el Centro Democrático obtuvo 19 escaños (entre 166 curules) lo que lo ubica en el cuarto lugar después del partido Liberal (39), la U (37) y el Partido Conservador (27) . 

Uribe logró este desempeño en las legislativas de 2014 a pesar del deseo de diversas fuerzas opositoras a él que hablaban de pérdida de fueros por parte del expresidente (en una época de investigaciones de diversa índole a su gobierno), supuesto debilitamiento del uribismo, etc.

En la actualidad el Centro Democrático se perfila como una de las principales fuerzas en la pugna por las presidenciales de 2018. Si bien el senador Uribe no ha logrado encontrar a alguien que sea capaz de recibir y mantener su caudal electoral, éste sigue siendo altísimo, en torno al 49% de favorabilidad y el 46% de desfavorabilidad.

¿Más similitudes que diferencias?

Existen algunas similitudes entre la situación de Cristina Fernández de Kirchner actualmente y la situación de Uribe en 2010/14. Así mismo también son evidentes algunas diferencias entre ambos, por ejemplo, Uribe fue sucedido en la presidencia por el candidato que él apoyo (si bien las cosas cambiaron una vez asumió Santos la presidencia),  caso distinto ocurrió en la Argentina en las elecciones de 2015.

Como sea, ambos muestran una alta popularidad: Uribe en torno al 50% y Fernández de Kirchner en torno al 30%  (ambos casos con porcentajes muy altos de desfavorabilidad: en torno al 40-50% Uribe y 50-60% Cristina). Ambos tienen a miembros clave de su gobierno investigados o condenados. Ambos se encuentran en la oposición. Ambos formaron nuevos partidos. Finalmente, ambos se perfilan como la figura preponderante de la oposición en sus respectivos países. 

Pero lo que definitivamente es el rasgo común de los dos es el talante populista de sus personalidades y de sus gobiernos, la tendencia a establecer unas relaciones de sospecha con el otro y de idealización de los suyos (nacional/extranjero, católico/ateo, trabajador/oligarca, derecha/izquierda, etc.) y el subsecuente desgaste institucional que ésto implica . “El populista considera que sus competidores son inmorales y corruptos y, por supuesto, al llegar al poder no reconocen a la oposición como legítima (Jan-Werner Müller, What is populism?, University of Pennsylvania Press, 2016, p. 3). Uribe es el típico ejemplo de un populismo de derecha y Cristina de uno de izquierda. 

Por supuesto esta pugnacidad hacia el otro, casi siempre perfectamente argumentada y legitimada juega en contra de las lógicas democráticas que implican deliberación y en últimas, una aceptación del otro y de la posibilidad de que eventualmente o en algún punto tenga razón. Cabría preguntarse si el macrismo escapa a esta lógica amigo-enemigo o mejor aún, hasta qué punto las lógicas del sistema político argentino permiten una forma de política más allá de esa dicotomía amigo-enemigo.  

Si bien la política, como cualquier otro fenómeno social, es en gran medida impredecible,  se puede presumir, en virtud de la situación actual de la Argentina (aumento del desempleo, encarecimiento del costo de vida, estancamiento del ingreso real de los argentinos, polarización política),  y sobre todo de la popularidad relativamente alta de Cristina Fernández de Kirchner, que en las elecciones de octubre su desempeño y el de su colectividad serán especialmente buenos, al menos si la situación sociopolítica del país se mantiene como está.

Los resultados de Uribe durante las legislativas de 2014 en Colombia fueron espectaculares y además esperables, pero no por un detrimento de la calidad de vida de los colombianos, sino por su alta popularidad. Lo que permite preguntar si el esperable buen desempeño de Cristina Fernández es expresión de su habilidad política o más bien de la impericia de Macri a la hora de gobernar. 

Es muy probable que Cristina Fernández y su movimiento político tengan un muy buen desempeño durante estas elecciones legislativas, aunque tal vez no tan impresionante como el que tuvo Álvaro Uribe Vélez en 2014. De lo que sí no cabe duda es que Cristina Fernández será el personaje clave de la política argentina por varios años más, igual que Álvaro Uribe Vélez en Colombia.    

Todo lo anterior dejando de lado las características de sus gobiernos, por el lado de Uribe, la precarización del empleo, el aumento del desplazamiento forzado, los falsos positivos (eufemismo para hablar de los miles de homicidios cometidos por el ejército colombiano en contra de civiles inocentes para hacerlos parecer guerrilleros muertos en combate ), la bonanza producto del comercio internacional, la corrupción, la concentración de la riqueza, la destrucción de los ecosistemas naturales colombianos; y del lado de Cristina, la protección de los derechos laborales, el aumento del salario real de los argentinos, la corrupción, el agotamiento del modelo proteccionista y el concomitante rezago económico de la Argentina respecto de sus pares latinoamericanos, el aislamiento del país, el socavamiento de las instituciones del Estado, la inestabilidad macroeconómica, la Asignación Universal por Hijo que tiene su versión uribista llamada Familias en Acción, la politización/polarización de la vida diaria, el culto a la persona, etc., etc., etc. 

Y sobre todo, dejando de lado la pregunta que en mi opinión deberían hacerse actualmente los argentinos, a saber: ¿hasta dónde era necesario un shock macroeconómico como el que se está ejecutando actualmente y no mejor unas correcciones en el modelo económico?  Unas correcciones del modelo que implicarían, entre otras cosas, lo siguiente (algunas actualmente en ejecución):

1. Apertura comercial paulatina y concentrada en algunos sectores de la economía (donde haya poca o ninguna producción argentina) en virtud del agotamiento del modelo proteccionista, 

2. Pago de la deuda a los fondos buitre para financiar el déficit a través de un endeudamiento responsable y evitar la emisión descontrolada de moneda sin respaldo real, 

3. Recuperación del INDEC, 

4. Desmonte gradual y sectorizado –clases medias altas y altas- de los subsidios a servicios públicos, 

5. Reforma tributaria que frene el sobrecargo a los sectores productivos sin abusar de los impuestos indirectos (IVA), para reestructurar la recaudación sin disminuirla. Por ejemplo disminuir los impuestos a la nómina y a las exportaciones y concentrar la recaudación mejor en: 

• Ganancias,

• Bienes muebles e inmuebles y

• Capital financiero –bonos y acciones-.

 

6. Refinamiento de los métodos de recaudación para controlar la evasión, por ejemplo a través de auditorías fiscales a gran escala y en profundidad de referentes de los sectores tradicionalmente evasores (digamos a los diez grupos empresariales más ricos de la Argentina, es sabido que este tipo de políticas desincentivan la evasión de grupos pequeños y medianos que es donde muchas veces se concentra esta conducta delictiva). 

David Güell
Analista de CECREDA

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