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Economistas y dirigentes políticos se pronunciaron en contra de la devaluación

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La decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de rechazar de manera explícita la posibilidad de instrumentar una devaluación que afecte de manera negativa a la clase trabajadora, fue avalada por economistas y dirigentes políticos.

 

La Presidenta aseguró ayer que «los que pretendan ganar a costa de devaluaciones, van a tener que esperar a otro Gobierno».

En tanto, desde uno de los sectores que contemplan la devaluación como una herramienta valida, el titular del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger insistió hoy en que «existe un problema de atraso cambiario muy fuerte igual al que había en 2001 y en la época de (el ex ministro de Economía de la última dictadura cívico militar José Alfredo) Martínez de Hoz». El ex integrante del gabinete económico del ministro Domingo Cavallo en 2001 -durante el gobierno de la Alianza-, que derivó en el estallido de la Argentina, afirmó a radio Continental que «los problemas actuales de la economía son los mismos» de aquella época.

«Yo fui funcionario en 2001, y los problemas económicos actuales de la Argentina son los mismos que en 2001», afirmó el economista, quien reiteró que «si el Gobierno persiste con esta política, algo va a tener que hacer con el tipo de cambio». Por el contrario, Aldo Ferrer consideró que es preciso «evitar que se reduzca la discusión económica a devaluar o no devaluar», porque alertó que ese tipo de debates «enmascaran» la pretensión de algunos dirigentes de «regresar a las políticas neoliberales».

«El tipo de cambio es una variable de la política económica. Pero no hay que reducir la política económica a un solo instrumento», subrayó Ferrer en diálogo con radio Del Plata. Estimó que «una devaluación fuera de contexto no soluciona ningún problema», sino que advirtió que «al contrario, lo agrava». En la misma línea, el economista Hernán Letcher advirtió que una devaluación del peso «sólo beneficiaría a los sectores poderosos» de la economía, en tanto que «significaría una pérdida automática de participación de los trabajadores en la riqueza nacional».

Asimismo, alertó que una devaluación «impulsaría un proceso inflacionario donde de nuevo los que pierden son los trabajadores». «Históricamente en Argentina hay sectores concentrados muy poderosos que no han ganado produciendo, sino con devaluación», indicó Letcher a Télam. Explicó que «tener dólares cuando hay devaluación significa multiplicar el capital por la cantidad de veces que se devalúe», y remarcó que «los que tienen divisas en su poder son los sectores poderosos porque los trabajadores cobran en pesos». Por su parte, el diputado nacional Eric Calcagno sostuvo que quienes proponen una devaluación «pretenden cambiar el eje de distribución económica de los sectores populares a los sectores más concentrados».

«El impacto del mercado negro del dólar sobre la economía no es relevante», enfatizó Calcagno, y puntualizó que cuando se advierte «un fenómeno económico que, sin ser relevante, es repetido constantemente, esconde una intencionalidad política». «Con los manejos que se pretenden hacer con la cotización del dólar estamos más frente a una acción psicológica que frente a un hecho de la realidad económica que impacte sobre la vida cotidiana de los argentinos», dijo el economista.

En tanto, su par de Nuevo Encuentro Carlos Heller, destacó que la Presidenta «ratificó de forma clara y contundente la política del Gobierno». «Hizo lo que corresponde. Dio una definición de largo plazo y desalentó expectativas que podrían generarse sobre una devaluación», remarcó Heller en diálogo con Télam. En ese sentido subrayó también que ante la existencia de «una campaña para forzar una devaluación la Presidenta les está diciendo a los especuladores: por lo menos hasta el 10 de diciembre de 2015 olvídense». Por su lado, el Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (Cecreda) alertó que «en la Argentina, por nuestro entramado productivo, una devaluación abrupta como la que reclamó Sturzenegger podría ocasionar una caída de la moneda trasladándose directamente a los precios y que influya en la pérdida de poder adquisitivo del pueblo». Remarcó que «la devaluación en sí produce una transferencia de recursos de un sector a otro», y puntualizó que «en este caso, sería una redistribución a favor de los sectores exportadores, mejorando su ecuación económica, y abaratando respecto al mundo los bienes nacionales pero reduciendo el valor de los salarios».

Concluyó que se generaría «una situación negativa para los trabajadores, y principalmente, un golpe al consumo y al mercado interno».

«Repudiamos las declaraciones de Sturzenegger, quien expuso que es conveniente una devaluación violenta, intentando influir negativamente con fines electorales de un modo irresponsable e improcedente en la política económica nacional», afirmó la entidad que preside Mauro González a través de un comunicado.

Fuente: www.telam.com.ar

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