El tipo de cambio trajo consigo el incremento de los plazos fijos en pesos. En estos últimos meses hay una fuerte tendencia a depositar nuestros ingresos en un plazo fijo, atenuando de este modo la compra del dólar ahorro y del dólar blue. Es una gran herramienta para invertir nuestro dinero, hacerlo trabajar y recibir intereses a una Tasa Nominal Anual promedio entre 22 y 25%. Ahora bien, ¿qué es un plazo fijo?
Es una alternativa de inversión a largo o corto plazo que permite obtener un rendimiento desde el inicio de la operación, y que posibilita, desde el comienzo, saber cuál será nuestra ganancia. De este modo, el inversor realiza un depósito de determinada cantidad de dinero en el marco de un plazo previamente establecido (30 días como mínimo a máximos de un año o más). Durante ese periodo el banco utiliza el dinero libremente, garantizando al cliente la devolución del depósito a una tasa de interés predeterminada. Dicho compromiso se documenta en un certificado de depósito en el que se incluyen todos los datos de la transacción. Con ese certificado el depositante puede, al finalizar el período preestablecido, retirar su dinero cobrando los intereses ganados. En otras palabras, es una metodología similar a solicitar un préstamo, a diferencia que nosotros somos los prestamistas que cobramos la tasa de interés.
Además de este beneficio los bancos ofrecen realizarlo de modo personal y sin necesidad de recurrir a la entidad bancaria. Desde Internet se puede optar por constituir un plazo fijo. Las opciones que el banco ofrece habitualmente son: el Plazo Fijo Tradicional o el Plazo Fijo Ajustable por el CER, que permite resguardar el capital a los efectos de la inflación.
Debido a que es una de las opciones financieras más recomendables, sencillas y que mayor rentabilidad generan, los plazos fijos crecieron significativamente en los últimos meses, y con esta tendencia alcista los bancos están recuperando nuevamente la confianza perdida por sus clientes producto del caótico 2001 que dejó en el imaginario colectivo la desconfianza por las entidades bancarias a la hora de dejar nuestros ahorros.
Un dato para tener muy en cuenta y que plasma el rendimiento y efectividad de este tipo de inversiones es que mientras la divisa oficial subió un 5% en los primeros cinco meses del año, el plazo fijo otorgó el doble en el mismo lapso, a razón de un 2% mensual.
Según el Informe Monetario del Banco Central, los depósitos a plazo fijo en el sector privado aumentaron el mes pasado y se aceleraron a ritmo de expansión interanual del 36%.
En lo que va del 2015, se volcaron a los depósitos bancarios unos $72.000 millones.
Asimismo, el BCRA indicó que estos depósitos de plazo fijo avanzaron un 3,5 por ciento (equivalente a 12.668 millones pesos) sólo en los primeros 19 días de junio, mostrando un alza interanual del 41% lo que significaría un total de 108.528 millones de pesos.
Por otro lado, los continuos récords de compras de moneda extranjera para tenencia fueron relativizados por este cambio de tendencia, dejando de ser rentable a pesar de haber arrancado el 2015 con un fuerte impulso. Por su parte, la mejora en las reservas internacionales del BCRA desarma las expectativas de devaluación.
De este modo, la constitución de un plazo fijo no es ni más ni menos que una herramienta que nos permite hacer crecer nuestros ahorros sin necesidad de recurrir a la especulación del dólar ni recurrir a la ilegalidad. Estas colocaciones bancarias son para todos y no para una porción de ahorristas; no discrimina por monto mínimo de ingresos mensuales y se puede comenzar a invertir por un valor mínimo.
Por Lic. Laura Palacios
Sec. de Comunicación y Prensa