Trabajo Social y Comunitario

El impacto social del Plan Argentina Trabaja

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El trabajo como sinónimo de integración. Uno de los principales objetivos del plan impulsado por el Ministerio de Desarrollo Social, fomenta la cultura de trabajo -devastada durante largas generaciones-, en concordancia con un modelo de país diferente. Posibilita dos tipos de resultados: el acceso al trabajo y la renovación del sentido colectivo.

 

El Plan Argentina Trabaja, una iniciativa del Ministerio de Desarrollo, puede clasificarse como una política de empleo activa que actúa a mediano y largo plazo. Permite reducir los índices de desempleo y promover la generación de nuevos empleos de manos de las cooperativas, que son su medio de funcionamiento.

El Plan Argentina Trabaja se puede articular con el Plan de Asignación Universal por Hijo. De hecho coexisten, es decir, que una persona puede estar dentro de un plan de política pasiva de empleo y pasar a formar parte también de una política activa, participando en ambas.

En un primer momento se procede a cubrir las situaciones de mayor gravedad social en mano de planes de subsidios y, en una segunda instancia, hacia fines del 2009, el Plan Argentina Trabaja se presenta como una política que se fundamenta en la importancia del trabajo, tanto para el ámbito social como para el crecimiento del país.

El trabajo es la forma de aportar “lo propio” a la sociedad, proveer identidad y permitir al hombre sentirse digno.  Esto no significa que la persona deje de ser digna porque se queda sin trabajo: la dignidad es de la persona. Entonces, la situación de una persona sin trabajo, implica el impedimento de aportar “lo propio”. Un buen seguro de desempleo y los programas de subsidios, ayudan a cubrir necesidades básicas, pero no solucionan el problema de la integración social.

Por lo tanto, la generación de empleo es fundamental para lograr la integración social.  El Ministerio de Desarrollo Social como promotor del Plan Argentina Trabaja, propone fortalecer las empresas sociales, mutuales y cooperativas en el marco de una economía redistributiva. 

Los beneficiarios de este plan son las personas en situación de vulnerabilidad, sin ingresos formales en el grupo familiar, sin acceso a pensiones o jubilaciones, o prestaciones de ningún tipo, ni insertos en otros planes sociales, con las excepciones del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y la Asignación Universal por Hijo, con los que se complementa.

El Plan Argentina Trabaja es de aplicación en todo el territorio argentino y toma dos ejes centrales: la familia y el trabajo. Tiene cinco líneas de acción: Ingreso Social con Trabajo, Proyectos Socio-productivos Manos a la Obra, Marca Colectiva, Microcréditos y Monotributo Social. Apunta a la generación de puestos de trabajo, la capacitación y la promoción de la organización cooperativa para la ejecución de obras de infraestructura.  La intención es generar un doble resultado: la creación de nuevos puestos de trabajo genuinos a partir de la ejecución de obras públicas locales que demandan mano de obra intensiva y mejorar los espacios comunitarios –lo que incide directamente sobre la vida cotidiana de todos los vecinos de la comunidad- basada en  la participación en los módulos de Saneamiento Urbano, Mantenimiento de Edificios Públicos, Mejoramiento de Vivienda.           

Como acercamiento a la línea de acción llamada “Manos a la Obra”, que trata de Proyectos Socio-productivos, es la herramienta que promueve el desarrollo integral de las distintas localidades y regiones del país. Se ofrece financiación de maquinaria, herramientas e insumos para emprendimientos productivos, de servicios o comerciales y asistencia técnica permanente. La implementación se realiza a partir de equipos municipales, gubernamentales y organizaciones sociales –Entes Ejecutores- quienes son los encargados de presentar las propuestas de intervención y recibir subsidios, adquirir y entregar insumos y herramientas, realizar el seguimiento y rendir los fondos al Ministerio.  Los proyectos abarcan talleres familiares, asociativos, pre-cooperativos, comerciales y productivos comunitarios, encadenamientos productivos, servicios de apoyo a la producción y empresas auto-gestionadas.

Por último, se pretende colaborar con emprendimientos productivos, comerciales o de servicios –asociativos o familiares- que necesiten insumos para hacer crecer su actividad, otorgando créditos desde el programa nacional de Microcrédito para la Economía Social, con lo cual dan oportunidad para que puedan organizar y mejorar las condiciones de trabajo, participar de espacios de construcción colectiva, recibir apoyo técnico. Al devolver los préstamos, son los mismos emprendedores los que permiten que el programa continúe y las organizaciones sociales puedan seguir funcionando.

En octubre de 2011, según el informe “Protección de derechos sociales a través de la transparencia y el acceso a la información” realizado por la Fundación Poder Ciudadano, la cantidad de incorporados al programa llega a casi 200 mil personas, demostrando así que la política social se extiende por todo el país.

Un trabajador del Plan Argentina Trabaja se desempeña en módulos (cooperativas) de 40 horas semanales (es decir, 8 horas diarias) y recibe un sueldo básico más bajo que el salario mínimo.  Esta, y otras características  como la formación de cooperativas específicamente para el Plan, ha provocado que diferentes especialistas evaluaran que el programa no cumple con los conceptos básicos del cooperativismo. 

Hay que entender que no es tarea fácil para los sectores vulnerables entrar a la actividad de manera inmediata y rutinaria.  El conflicto interpersonal dentro de las cooperativas sin razones que lo ameriten, es común y a veces se percibe como inalcanzable tomar como superado un conflicto.  Los cooperativistas parecen estar a veces a la defensiva. En muchas cuestiones hay una actitud “pasiva”, un permanente “esperar” que el “papá Estado” resuelva las cosas o “de una respuesta”. Su historia los posicionó  en situación de carenciados de recursos: económicos, políticos, simbólicos, culturales, y muchos quedaron insertos en un acostumbramiento del que requiere esfuerzo tomar esta actitud activa que la tarea en las cooperativas requiere.

El Plan Argentina Trabaja cumple su principal objetivo: la integración social. La integración a través del trabajo y la solidaridad comunitaria. Revela la importancia de la concientización en la cultura del trabajo donde las personas que habían quedado excluidas del sistema, hoy estén orgullosos de lograr que sus hijos crezcan con ejemplo de responsabilidad, al levantarse varios días a la semana para cumplir un horario, presentándose en sus lugares de trabajo, obteniendo recursos, cuidando de su familia, situación que gran parte de la población habría quedado impedida de vivenciar luego de las medidas que apostaron al capital concentrado dándole la espalda al trabajo. Hoy los beneficiarios del plan, como así también sus hijos, logran acceder a una educación, a la salud, cubrir las necesidades básicas de alimentación y vestimenta pero sobre todo, culturizarse e insertarse socialmente. Acceder al trabajo, es decir, acceder a aportar “lo propio”, a lo social con los sentimientos que ello conlleva. Además, incentiva al consumo y así la paulatina reactivación de la economía del país.

Quizá, el sueldo percibido por la persona beneficiaria del plan, no alcance para insertarse fácilmente en el mundo económico, competitivo, tecnológico y globalizado en el que vivimos de manera inmediata, pero es posible que las generaciones futuras sí lo puedan  hacer con mayor garantía y obtengan un desarrollo y calidad de vida óptimo. En lo que respecta al mediano plazo, se puede proponer en la práctica, fortalecer los mecanismos de capacitación de los destinatarios para que, luego de un período, logren acceder de alguna forma al mercado laboral. Para la búsqueda laboral es significativa la experiencia adquirida y la obtención de un certificado de estudios que posibilita lograr abrirse nuevos caminos.

El Plan Argentina Trabaja viene de la mano de un Proyecto Nacional y Popular a largo plazo y no es propio sólo de sus impulsores sino de todos. Es digno de un acompañamiento social y de críticas positivas.

Como argentinos hemos sabido conocer los resultados de las políticas neoliberales y cuanto han dañado el entramado de la configuración social: personas desocupadas, excluidas por completo del sistema laboral.  No creemos que sea fácil, luego de años de detrimento recuperarse de esta situación.

El plan Argentina Trabaja es parte de un modelo de país diferente y posibilita dos tipos de resultados: el acceso al trabajo y la renovación del sentido colectivo. Por eso, podemos considerar que el mayor impacto social positivo se sentirá a largo plazo, a través de las generaciones, en el futuro de estos sectores vulnerables y en consecuencia, con la reactivación en todos los ámbitos con que se interrelaciona, en el futuro de todos los habitantes del país y gracias al actual proceso de transformación del mismo.

Laura Susana Sánchez
Analista de CECREDA

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