Los salarios representan una de las variables más importantes de la economía. En su explicación más sencilla, son la retribución al trabajo. En este sentido, el nivel de los salarios tiene una influencia directa en la demanda ya que representa la herramienta principal con la que se realiza el consumo de las familias, esto sea para su supervivencia como también para diferentes necesidades, placer y ocio (Varias de las explicaciones y de los puntos en este apartado mantienen una perspectiva keynesiana y/o postkeynesiana, con el concepto esencial de economía guiada por la demanda).
Cuanto mayor sea el poder adquisitivo de los asalariados, es decir cuando más puedan comprar los trabajadores con sus salarios, mejor será su situación, y por lo tanto, mejor será el nivel de gasto que produzcan sobre la economía influenciando sobre el crecimiento del producto. Es así que la mejora de los salarios, sostiene la demanda efectiva, incrementando el consumo y junto a eso, la tasa de ganancia de los empresarios . Es interesante destacar lo afirmado por Henry Ford sobre el tema:
“Si podemos elevar los salarios, ese dinero se va a gastar y servirá para hacer más prósperos a los dueños de tiendas, a los distribuidores y fabricantes de otras líneas de productos y esa prosperidad se reflejará, al final, en nuestras propias ventas. Altos salarios a lo largo de todo el país significa prosperidad para todo el país.”
Esta frase es una clara explicación de que un aumento de los salarios reales (que es similar a un incremento del poder adquisitivo de los asalariados) permite un incremento en la demanda de productos y por lo tanto, un aumento en la demanda de trabajadores y una reducción del desempleo. Asimismo, esta situación que alza la demanda, otorga un crecimiento en la actividad económica y en el producto. Como se dijo, los salarios mantienen la demanda de la economía .
Desde el punto de vista del empresario, los salarios representan un costo y una carga para su producción. De todos modos, si bien los empresarios deben afrontar el pago de salarios, siendo esto una erogación para ellos, deben considerar que un nivel alto de retribuciones a la mano de obra, permitirá a los trabajadores consumir la mayor parte, manteniendo la demanda en bienes y servicios. Con salarios de subsistencia, los trabajadores sólo adquirirán aquellas necesidades indispensables, achicando su frontera de gasto, provocando una escasa demanda y una sobreoferta.
En síntesis, los salarios son pieza fundamental de la estructura económica, su nivel real debe ser alto, lo que es similar a que debe existir un fuerte y elevado poder adquisitivo de los asalariados. De esta manera, los trabajadores mantendrán un sólido consumo, posibilitando una expansión en la demanda, la cual contribuirá al crecimiento del producto.
En este orden, ya que los salarios de los trabajadores se otorgan en moneda local (en nuestro caso en Pesos), el tipo de cambio juega un rol preponderante puesto que frente a una modificación de su valor respecto a la paridad (Dólar) como por ejemplo una devaluación de la moneda local, los salarios se verán reducidos (bajará su valor en dólares), situación que provocará un descenso en el poder adquisitivo. Por el contrario, frente a un tipo de cambio apreciado, los salarios incrementarán su valor en la moneda estadounidense, aumentando el poder adquisitivo de los mismos. En Estructuras Productivas Desequilibradas, una devaluación puede producir la llamada inflación cambiaria, provocando que el aumento de los precios de los productos importados se propague a todos los precios de los bienes y servicios de la economía; esta situación termina perjudicando a los asalariados, reduciendo su poder adquisitivo y desatando un puja distributiva que incrementa aún más los precios de la economía.
Incrementar los salarios reales de los trabajadores sin erosionar el costo de los empresarios es imposible; lo que sí es posible es un incremento real de los salarios manteniendo la competitividad del sector empresario, situación que se debe correlacionar con incrementos de productividad sin incrementar la matriz de costos (es más, ese aumento de productividad disminuirá la estructura de costos de los empresarios). La incorporación de tecnología mejorando la producción de las empresas, también es una acción que permite otorgar mejores condiciones a los trabajadores expandiendo el beneficio del progreso técnico. De esta forma, el aumento del poder adquisitivo del salario permite que la capacidad de compra de los asalariados sea mayor, pudiendo demandar mayores cantidades al mercado.
Mariano Uccellatore
Secretario de Economía de CECREDA