Notas de Opinión

El Turismo como motor para un Desarrollo sostenido

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Durante muchos años, la industria turística se ha fortalecido de manera exitosa en nuestro país debido a la gran demanda de servicios exigidos por los turistas del mundo que contribuyen al crecimiento de los diferentes destinos en Argentina.

 

La industria turística se caracteriza por su complejidad, no solo por la gran cantidad de elementos que la componen, sino también por los distintos sectores económicos que se ven involucrados en su desarrollo. En varios países, actúa como un motor de desarrollo a través de la entrada de divisas y la creación de empleo directo e indirecto. Asimismo, dicha actividad aporta el 5% del PBI mundial y representa el 6% de las exportaciones de servicios mundiales además de ser el cuarto sector exportador después del petróleo, los productos químicos y el sector automotriz y representar 235 millones de empleos, o sea uno de cada doce empleos en el mundo. 

En muchos países en desarrollo, el turismo ha sido la opción de fortalecimiento económico más viable y sostenible y, en algunos de ellos, la principal fuente de entrada de divisas; siendo para algunos países la principal actividad económica ya que se compone, tradicionalmente, de pequeñas microempresas que movilizan diferentes sectores de la economía. Muchos puestos de trabajo en el sector turístico pueden estar al alcance de las personas más desfavorecidas ya que exigen relativamente pocas competencias y una pequeña inversión. Algunos empleos, incluso, pueden ser de jornada parcial y servir para complementar los ingresos derivados de otras actividades. Parte de estos ingresos revierte en diferentes grupos de la sociedad y, si el turismo se gestiona centrándose prioritariamente en la atenuación de la pobreza, puede beneficiar directamente a los grupos más vulnerables mediante el empleo de la población local en servicios turísticos.

Es importante destacar que todos los aspectos y tipos de turismo pueden y deben preocuparse por la atenuación de la pobreza.  Los diferentes gobiernos municipales, provinciales y también las más altas aristas del poder nacional deben incluir la mitigación de los sectores más bajos de la sociedad como objetivo clave del desarrollo turístico. Aunque éste no debería verse en sí como «la respuesta» a la eliminación de la pobreza, sí puede realizar un aporte sustancial a la calidad de vida de los más afectados. Sin embargo, dadas las dimensiones del sector, incluso un pequeño cambio en el enfoque aplicado extensamente, puede generar una diferencia significativa.

El reto es conseguir el equilibrio y la clave estaría en lograr que los beneficios excedieran a los costos para tomar extensas medidas que permitan aminorar los efectos desfavorables que son parte inevitable del cambio. El desarrollo del turismo de ser una parte del desarrollo económico total debe hacerlo de manera sostenible. 

El proceso de crecimiento económico experimentado por nuestro país desde 2003 tuvo una evolución similar en el rubro recreativo. Tanto el sustancial incremento de las llegadas de extranjeros al país, como el desplazamiento interno de residentes, configuraron un nuevo panorama del sector.

La industria turística aporta el 7,2% del PBI y el 7,1% del empleo en el país, este sector ha mostrado, en los últimos años, su potencialidad y las posibilidades de desarrollo existentes para los inversores tanto nacionales como extranjeros. La política estatal a través de la fomentación del turismo interno a través del establecimiento de feriados puente que, en la práctica, alargan el fin de semana tuvo un impacto fundamental en la economía. La ocupación plena de los centros turísticos significa altos niveles de empleo, generación de más servicios de entretenimiento para atender esa demanda, y seguridad para las inversiones de quienes se dedican a la actividad. Los fines de semana largo son una clara demostración de la importancia del turismo interno como motor de las economías regionales. Este movimiento permite que destinos “no tradicionales” se vean favorecidos económicamente con la llegada de turistas nacionales.

No hay que olvidar que también existen aspectos sociales que no pueden ser medidos en términos económicos y brindan un mayor bienestar a nuestra población como la posibilidad de distribuir equitativamente a partir de estos feriados puente el descanso de los trabajadores, entre los empleados del sector formal e informal; la concreción real de derechos reconocidos constitucionalmente, el derecho a la familia y el derecho al descanso, “la industria sin chimeneas” por su menor impacto ambiental; la creación de un marco de estabilidad para las inversiones en el sector al promover una ocupación más equilibrada durante todo el año; y la generación de puestos de trabajo directos e indirectos a partir de las actividades que demandan quienes se trasladan a los distintos centros; generando empleo, atrayendo inversiones y siendo un factor importante en el desarrollo de las economías locales.

Todo esto genera un nuevo escenario para el trabajador argentino: el aumento del tiempo dedicado al esparcimiento, que se traduce en un mejor conocimiento de su propio país. Lo que antes se reservaba a unos pocos, ahora es patrimonio de todos.

Lic. María Gisela Stamati
Analista Cecreda

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