La mayor parte de la población mundial considera que la industria turística es vital para el desarrollo del crecimiento económico y, como contrapartida, la reducción de la pobreza. A través de la generación de empleo, el fomento de la capacidad nacional y la inversión extranjera en cada visita, el turismo se posiciona como una de las principales políticas de desarrollo económico interno.
Sin embargo, que dicha relación resulte favorable depende de la combinación de múltiples y complejos factores de planificación que van más allá del simple arribo turístico al país:
-Medida en que el sector turístico se integra a la economía nacional.
-Medida en que los ingresos generados por los turistas sean utilizados para financiar el desarrollo de infraestructura, apoyar a empresas locales y para desarrollar las instituciones necesarias para crear una economía local dinámica.
-Políticas y estrategias que fomenten la inversión nacional y extranjera en el turismo.
-Esfuerzos nacionales para que las actividades turísticas se realicen de forma sostenible.
En los últimos años, el turismo se convirtió en una de las industrias más importantes y de rápido crecimiento global. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), en 2011 el sector generó un 5% del producto bruto interno (PBI) mundial y entre el 6% y el 7% de los puestos de trabajo en todo el mundo.
En la Argentina, este sector es una de las mayores apuestas económicas de la época, ya que se considera que es más fácil desarrollar ésta explotación recreativa en aquellos países en vías de desarrollo debido al aumento de ingresos disponibles y al hecho de que viajar es relativamente más barato y más fácil respecto a otros tiempos.
Es importante destacar que si bien el turismo realiza una importante contribución a la erradicación de la pobreza mundial, no es el único factor implicado en dicho tratamiento.
El aporte de la industria turística está directamente relacionado a variables tales como el tipo de turismo que se analice. El llamado “turismo en masas” suele generar más empleo y distribución de ganancias, pero al mismo tiempo acelera los problemas de contaminación y presión sobre el destino. El nivel de gastos de los turistas es otra de las variables relacionadas a la erradicación de la pobreza en los destinos elegidos por los visitantes. Según un estudio de la ODI (Overseas Development Institute), entre un 25% y un 50% de lo que gastan los turistas en restaurantes, compras, transporte y excursiones locales llega a la población con más necesidades de la región. El nivel de los salarios, la relación entre la producción y oferta gastronómica también contribuye al vínculo “industria turística-erradicación de la pobreza” ya que la agricultura y ganadería suelen dar más sustento económico a los hogares más desamparados de la región en relación con el empleo llevado a cabo en servicios hoteleros y comerciales.
De este, podemos romper con el mito de que el turismo erradica la pobreza en los sectores sociales más bajos de la población mundial para comenzar a hablar de un elemento que contribuye a reducirla, mientras fomenta el progreso de grandes y pequeños emprendimientos regionales.
En este entretejido económico en desarrollo es importante recordar que esto no sólo depende de la llegada de viajeros o el crecimiento de las áreas recreativas, sino de la forma en que las clases más bajas sean integradas en la cadena de valores que ofrece el turismo y puedan participar activamente en ella.
Muriel Douton
Analista de Cecreda