Las similitudes que podemos fijar entre EE.UU. y Argentina en términos de las elecciones son preocupantes y mucho más si esta cuestión pasa a ser global, por lo menos en países que poseen sistemas democráticos de gobierno.
En el caso de EE.UU. y a mí criterio, las elecciones devinieron en la selección de candidatos que -tanto mediática como políticamente- promovieron a el voto por el “menos peor”; o sea que al igual que nosotros, finalmente abrumados de tanto discurso vano y exento de debate empujaron al electorado a optar por el candidato menos dañino, en lugar de elegir al mejor, como debería ser.
El electorado estadunidense que no vota obligatoriamente, sumó a este hecho una importante indiferencia por parte del voto afro-americano, el voto latino y hasta el voto femenino que no reaccionó como se esperaba ante un candidato con rasgos de personalidad misógena.
O sea que, el electorado se inclinó por un cambio, sin tener claro, las consecuencias del mismo, ni quién lo quiere llevar a cabo.
En definitiva la política que se ofrece y que debe ser la herramienta de cambio; cada vez está más vaciada de contenidos, estrategias, ideas y, lo que es más grave, escasean los líderes que se atrevan a encarnarlas.
La creación de personajes que, en algunos casos, no poseen trayectoria política y que son “creados” desde los medios (outsider) es por ejemplo un vacío que debe volver a llenarse desde los ideales y la vocación por el servicio a los demás.
Las campañas políticas deben volver a ser el “presupuesto” de lo que se quiere hacer con y desde la política y el elector a quien se lo convence desde la comunicación y autoriza mediante el voto.
El sistema democrático no es perfecto, pero sí es perfectible y ese debe ser el camino de los futuros líderes políticos, más que buscar ser electos, deben darle contenido y propósito a la política, hoy día la mayoría de ellos, lo declaman, pero no saben encarnarlos en quién los elije.
Este desánimo, esta indiferencia por parte del electorado y en muchas partes del mundo, además de EE.UU. y Argentina, atenta contra los sistemas democráticos, su funcionamiento y su futuro.
Esperemos que estos líderes, si existen, aparezcan e irrumpan re-diseñando una nueva y mejor política.
Lic. Jorge Silva
Secretario de Capacitación
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