Sergio Woyecheszen, Licenciado y Máster en Economía por la Universidad de Buenos Aires, es el actual Subsecretario de Industria, Comercio y Minería del Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Buenos Aires; al mismo tiempo, dirige el Área de Desarrollo Económico y Productivo de la Fundación Desarrollo Argentino (DAR).
En la siguiente entrevista, planteó las principales propuestas económicas de Daniel Scioli – candidato a Presidente de la Nación por el Frente para la Victoria-, tratando temas como la inflación, el desarrollo de la industria nacional, la Asignación Universal por Hijo, el Impuesto a las Ganancias y el apoyo al crecimiento y sustentabilidad de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMEs).
Con respecto al comercio exterior, ¿qué medidas mantendrán o modificarán, de llegar a ser gobierno nacional?
Sergio Woyecheszen: La economía argentina hace 70 años, por lo menos, que decide crecer en torno a la industria y empieza a forjar una industria nacional. Tiene un problema estructural muy fuerte. En realidad el problema estructural es que exporta, tiene poco valor agregado la materia prima y al mismo tiempo, -más ligado al sector industrial- tiene una fuerte propensión a importar piezas y bienes intermedios fundamentalmente de media y alta tecnología, respecto a lo que nosotros exportamos. Esto hace que, cuando vos pretendas sostener un crecimiento, una demanda pujante, apostando al sector industrial para crear empleo o mejorar el ingreso medio real y la distribución del ingreso, eventualmente te quedes sin dólares. Lo que se suele llamar cuello de botella.
Cuando una economía como la de Argentina entra en una etapa recesiva (restricción externa), es muy difícil crecer porque los dólares se los necesitan para sostener el crecimiento. Una economía con estas características estructurales está sujeta a una inflación estructural particularmente cambiaria. Cuando se llega a estos cuellos de botella y a este esquema que históricamente se asoció al “Stop and go”, obviamente en el “Go” se crecía y se sostenía la demanda; en cambio, en el “Stop” eventualmente se producían problemas de balance de pagos, había deficiencia de dólares y la solución, generalmente, era una devaluación. Esa devaluación, tanto por el precio de las materias primas y, porque todo lo que se exporta se traslada a la estructura del costo, genera inflación, lo que adquirís afuera como bienes intermedios y partes y piezas, es más caro. Este es el principio de la cadena causal del proceso inflacionario. Obviamente, después, esa devaluación afecta los salarios reales, luego hay una recomposición totalmente natural y eso desata una puja distributiva, que uno puede encontrar después como efecto de propagación de la inflación.
Si me preguntas a mí, la inflación no es un fenómeno monetario, no tiene nada que ver. La causa no es monetaria, es estructural particularmente cambiaria. Si se quiere resolver el tema de la inflación, se tiene que resolver sobre distintos niveles. Sobre un nivel de base es cambiar características estructurales, del aparato distributivo.
¿Es posible cambiar el aparato productivo de base que deviene históricamente desde la generación de 1880?
Sergio Woyecheszen: Sí, es posible cambiar el aparato productivo de base. Desde la Fundación Desarrollo Argentino (DAR) estamos trabajando sobre la base de treinta y cinco sectores de actividad viendo cómo generar industrias. Argentina tiene innumerables oportunidades para agregar valor a las materias primas. Hace muy poquito estuve en China, el chino demanda muchísimo alimento elaborado. Es enorme la oportunidad que tiene en áreas como minería, ecoenergía, agroalimentos. Obviamente, se debe hacer que esto sea una palanca para el desarrollo y no una condena a reprimarización. En función de eso, queremos una minería que sea sustentable y además permita un desarrollo siderúrgico y mecánico. Se quiere una agroindustria de mayor escala, para la maquinaria agrícola, más maquinaria agrícola da más escala para fundición, para aceros especiales, permite pensar en una electrónica distinta para Tierra de Fuego. El abanico es enorme para desarrollar la Argentina.
Obviamente, en el interín, se puede trabajar alguna suerte de acuerdo institucional para tratar de bajar un poco la nominalidad de la economía. No el típico acuerdo precio/salario donde siempre terminan perdiendo los salarios. Pero si se pueden trabajar varias de estas cuestiones, tema de mejora de productividad, de charlas de inversión, acuerdos sectoriales que se están charlando en la Fundación con cada una de las cámaras, con los sindicatos para poder ir entre todos hacia un acuerdo de una rebaja nominal de la economía. O sea, se está nominalizado sobre un 23, 24 por ciento de inflación. Por su parte, la inflación se encuentra desacelerándose, en parte tiene que ver la caída de la actividad (o bajo crecimiento) y el plan Precios Cuidados.
Igualmente, la caída de la actividad es un problema que se está viendo a nivel regional.
Sergio Woyecheszen: Sí, igual la región es muy particular. Por su parte, el problema de Brasil es más autoinducido que el nuestro. Brasil decide seguir con una apuesta en una inflation targeting. Éste es un esquema en el cual vos fijás como objetivo mantener cierto target de inflación y todos los demás instrumentos tienen que estar secundarios a eso, subsidiarios a eso, como el crecimiento y el empleo. Creo que eso se le está viniendo en contra. Las perspectivas de crecimiento para este año son muy malas incluso con una inflación cercana al nueve por ciento. O sea que, a Brasil se le está dando vuelta la cuestión, mismo a Europa con varias medidas de austeridad que no hacen más que acercar el precipicio en vez de alejarlo.
Lo que le pasa a Argentina es básicamente eso. En los últimos diez, once, doce años se logró recuperar un camino que nunca se debió perder: que es el de apostar por la industria nacional, por el agregado de valor a los productos. Durante los ‘80s, por diversas cuestiones, no se logró crecer, entonces, el problema no se encontraba palpable. En los ‘90s se consiguió crecer, pero el problema de la restricción externa se resolvió endeudando el país. Ese endeudamiento no fue para sostener y ampliar un aparato productivo, sino por el contrario, se terminó despedazando. Durante el periodo, se perdieron cerca del 30 por ciento del stock de pequeñas y medianas empresas, lo cual obviamente, influyó en el aumento del desempleo, de la precarización laboral y las implicancias que eso tiene para la distribución y la pobreza.
Así que respecto al cepo y otras medidas que hoy existen, primero creo se debe definir a qué se llama cepo. Para que no haya cepo tiene que haber dólares. Nosotros apostamos al muy buen trabajo que ha venido haciendo el gobierno nacional para resolver el frente externo. Creemos que ese trabajo se va a terminar y, obviamente, va a haber que negociar fuertemente, eventualmente con quita.
No estamos de acuerdo con posiciones como las de Macri, de negociar a cualquier costo y hacer lo que Griesa diga como él dijo explícitamente. Si tenemos que negociar, seguramente tiene que haber una fuerte quita para lograr resolver esta cuestión. Obviamente, para poder acceder a mercados internacionales siempre con el objetivo de financiar el desarrollo; debe tener que ver con proyectos de inversión muy fuertes, que en parte pueden estar financiados por el exterior –por acuerdos que no comprometan a la industria nacional sino que sean complemento- y en parte debe hacerse con funciones de banca del desarrollo, que Argentina necesita para poder crecer. Entonces obviamente con la disponibilidad de dólares, se puede pensar en terminar de resolver y aceitar los mecanismos para la importación de partes y piezas; se puede pensar en el levantamiento gradual de algunas medidas.
El gobernador (por Daniel Scioli, candidato a Presidente de la Nación) lo dijo muy claramente en la reunión de la UIA, “No esperen ninguna medida de shock. Argentina no necesita más medidas de shock, necesita planificar desarrollo”. El desarrollo es un tren lechero, no un tren bala. Yo entiendo que la gente por cuestiones de campaña puede decir muchas cosas pero, la realidad, es que si vos no lográs resolver el frente externo, levantás y producís que todo el mundo vaya a comprar dólares, creo que el primer día lo que va a pasar es que levantás las restricciones y la economía se queda sin dólares. Todo eso requiere una resolución de todas estas cuestiones que estoy enumerando desde el principio de la entrevista.
También lo que me parece bien es que el acceso a los dólares tenga que tener una contraparte en que vos debas mostrar tu capacidad de comprar los dólares, cosa que ocurre en innumerable cantidad de países. Tiene que haber un mayor control en lo que respecta a la compra de dólares. Hoy la gente puede comprar dólar ahorro. Con disponibilidad de dólares, todos estos temas se van a sanjar.
Entonces, las medidas dirigidas a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) se van a mantener y profundizar.
Sergio Woyecheszen: Sí. Te digo más, la Fundación (por DAR) arrancó sus trabajos fundamentalmente en el Norte de la Argentina donde -salvo Tucumán- tenés el doble de pobreza estructural medida por necesidades básicas insatisfechas que el promedio país; al mismo tiempo, tenés la mitad de la cantidad de pequeñas y medianas empresas que el promedio del país. Y uno cuando lo mira a nivel internacional, en todo el mundo las pequeñas y medianas empresas suponen entre 95 y 99 por ciento del total de empresas. La diferencia entre los países desarrollados y vías de desarrollo –como el nuestro- es que nosotros tenemos la mitad de pequeñas y medianas empresas cada mil habitantes, en comparación con otros países. Eso está totalmente correlacionado con la distribución del ingreso. Nosotros creemos que hoy mismo necesitaríamos unas 300, 400 pequeñas unidades de empresas proveedoras de todas estas cadenas para poder resolver en serio los problemas.
Como una puerta para la producción nacional y al mismo tiempo para disminuir la pobreza.
Sergio Woyecheszen: Más del 80 por ciento de los ingresos de los hogares derivan del empleo. Salvo que pretendas cambiar el sistema, requerís acelerar la generación de empleo. Eso requiere empresas. El desarrollo tiene varios capítulos. Tenés las condiciones de borde para un proceso de desarrollo, éstas están relacionadas con una infraestructura adecuada, que tienen que ver con un contexto macro-económico que sostenga una demanda pujante, que incentiva la inversión en la productividad, con una institucionalidad fuerte, con cámaras empresarias, sindicatos, con instituciones público-privadas, con ONG que hagan aportes y servicios a empresas. Y también con la educación, salud y cuestiones más de acción social.
Dentro de estas condiciones borde, necesarias, el proceso de desarrollo en sí mismo tiene dos ejes centrales. Por un lado, la innovación, ciencia y tecnología. Se debe llevar a cada uno de los sectores, por lo menos, hacia la frontera tecnológica que ese sector tenga y, al mismo tiempo, recomponer o mejorar los encadenamientos productivos. Y eso supone la generación de pequeñas y medianas empresas, supone la generación de desarrollo fuerte de proveedores para grandes cadenas de valor. Eso es el desarrollo para mí.
Obviamente ese es el proyecto a desarrollar, el sostenimiento en estos últimos años ha generado 40 mil nuevas pequeñas y medianas empresas, entre un 10 y 12 por ciento del sector industrial. Nosotros estamos trabajando fuertemente con 35 sectores de actividad y con absolutamente todas las jurisdicciones. En algunos casos, inclusive hacia adentro de algunas localidades para acelerar la generación de PYMEs con diversos instrumentos, con sostenimiento de las herramientas actuales y profundizar y pensar algunos nuevos de forma más integral, incubadoras de empresas, sostener y ampliar los esquemas actuales de generación de parques industriales. Lo que es clave es el financiamiento y no sólo externo, sino también interno pero con mayores montos, plazos y mejores tasas.
Para mí, lo que asegura la inversión es la demanda. Cualquier empresa invierte si va a vender sus productos. Nadie produce si no es para vender. Entonces lo primero que se tiene que hacer es generar el sostenimiento del mercado interno y su profundización, y eventualmente complementarlo con la salida exportadora cada vez más virtuosa para resolver el problema de la restricción externa. Hay discusiones que se van a ir dando. Muchos temas que hoy están en pugna tienen que ver más con discusión política que otra cosa. Hay que sentarse a charlar sobre cómo ir mejorando los esquemas de protección del mercado interno. Desde acá (por DAR) se viene trabajando en la profundización de eso. Conceptualmente, nosotros creemos que hay que proteger el mercado interno como base para la exportación.
Los esquemas de protección social, como la Asignación Universal por Hijo, ayudan al consumo interno. Primero, se debe considerar que durante 27 o 28 años, el país se rigió por un esquema totalmente regresivo, no sólo en términos productivos y tecnológicos sino fundamentalmente sociales. La Argentina pasó de presentar niveles de pobreza y desempleo inferiores al cinco por ciento a, en 2002, un 22,5% de desempleo del 22, 5% y una pobreza del 57%. Obviamente detrás de eso hay muchas oportunidades que se perdieron, mucha gente que perdió su trabajo y su inclusión a sistemas previsionales. Eso hoy requiere respuestas. Primero hay que darle respuestas y generación de oportunidades a ellos y, al mismo tiempo, eso supone una fuente adicional de demanda.
Así que se planea seguir con la política de inclusión e igualdad social
Sergio Woyecheszen: Totalmente. Apuntando a la transformación, paulatina, de acelerar la generación de oportunidades. Ojala que en cinco o diez años, yo no tenga que pagar ninguna asignación universal por hijo y que todo venga, no por una asignación de empleo informal o por desempleo, sino por un empleo formal. Sería una meta a cumplir, no tener que dar un sólo plan social. Ojalá podamos hacerlo. Protección social implica trabajar en los primeros días de vida de los chicos, es darle más oportunidades a la gente que trabaja en forma precarizada que en promedio gana 47 por ciento menos que el empleo formal. Supone darle respuesta al desempleo, conseguir empleo, capacitación, un apoyo integral. También supone trabajar en la tercera edad, en otros colectivos específicos como mujeres embarazadas, para que tengan la posibilidad de no tener que resignar su carrera, es muy largo de explicar.
A mí me gusta la idea de protección social integral, no sólo porque estamos obligados a hacerlo sino porque para nosotros es una de nuestras principales banderas la justicia social. Al mismo tiempo, ello asegura demanda y produce el círculo virtuoso de consumo, ante mayor consumo, mayor demanda efectiva, mayor inversión que atrae mayor productividad. Tenemos un enfoque desde lo económico bastante heterodoxo, en particular post-keynesiano.
Con respecto al mantenimiento de subsidios a los servicios y al transporte, ¿qué es lo que proponen?
Sergio Woyecheszen: Yo creo que con el tema subsidios otra vez entramos en el tema gradualismo. Yo iría hacia un esquema de sostener, nada de shock porque tiene impactos muy fuertes en precios relativos. Se podría sí ir mejorando y profundizando los esquemas para que los subsidios lleguen a donde tienen que llegar, como efectivamente se fue dando. También mejorando los salarios reales y mejorando los costos de las empresas, para que eso redunde en mayor empleo y salario real. Obviamente se podría ir pensando en una readecuación en algunos casos en sectores de mayores ingresos, a través de la creación de un esquema gradual totalmente previsible. Creo que, hoy, nadie está en contra de eso.
¿Y en el caso del Impuesto a las Ganancias? ¿Se sube el piso, se lo quita?
Sergio Woyecheszen: Ese impuesto es uno de los más progresivos que hay. Cuando uno mira el impacto sobre la distribución del ingreso está claro. Entramos en un terreno más personal. No es un tema que se haya charlado. Por lo menos, no soy la persona que lo está trabajando. Creo que más allá del corrimiento o no del mínimo, supone también un trabajo sobre los niveles para hacer indefectiblemente más progresivo. Si me preguntas a mí, es difícil contestarlo como punto único porque en la Argentina -entre varias cuestiones- tiene que ir avanzando hacia una modificación del sistema tributario como un todo. Tratar de ir grabando más las rentas, el patrimonio, todo lo que son impuestos mucho más progresivos que otros tributos. Solamente corriendo el mínimo tiene menor impacto que si también modificaría las alícuotas, sería más escalonado. Si todo el mundo pagara impuesto a las ganancias, si pudieras reducir otros tributos, el impacto sobre la distribución sería mejor. Es una discusión compleja.
A mí me cuesta pensar las medidas en forma separada. Creo que se entiende que, en un marco de muchas cosas que no resolviste o que estás en vías pero te falta algún tramo, el impuesto a las ganancias, la modificación de alícuotas y afectando salarios, se te manifieste como el gran tema pero creo en un contexto de desarrollo donde se van resolviendo muchas de estas cuestiones, es un tema que no debiera estar número 1 en la agenda sindical; sino que debería tratarse más cuánto empleo no registrado hay, la inclusión de los precarizados. Es un tema más complejo. Se resuelve como todo lo que me preguntaste: con desarrollo. Estamos en un laberintos hace 70 años, donde los últimos diez, doce años dimos grandes pasos y creo que la salida definitiva está por venir.