Análisis y Desarrollo Político

Ingreso de Bolivia al Mercosur

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El 17 de julio se realizó en Brasilia, capital de Brasil, la 48va. Cumbre de Jefes y Jefas de Estado del Mercado Común del Sur (Mercosur). En el encuentro, los países integrantes del bloque -Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela- firmaron el protocolo de adhesión de Bolivia como miembro pleno.

El reglamento del Mercosur estipula que los congresos de cada país deben ratificar las incorporaciones de nuevos integrantes. Los parlamentos de Argentina, Uruguay y Venezuela ya lo hicieron, mientras que aún faltan los de Brasil, Paraguay y Bolivia.

El documento final de la cumbre fue firmado por los presidentes Cristina Fernández de Kirchner, de Argentina; Dilma Rousseff, de Brasil; Horacio Cartes, de Paraguay; Tabaré Vázquez, de Uruguay, Nicolás Maduro,  de Venezuela; y Evo Morales, de Bolivia. Allí se destaca que el ingreso de un nuevo país miembro supone «la consolidación del proceso de integración de América del Sur, con base al esfuerzo mutuo y la convergencia de los diferentes esfuerzos y mecanismos subregionales de integración». En un comunicado de 44 puntos, se reiteró  el “firme compromiso con el Mercosur, destacando que sus objetivos deben orientarse a profundizar la integración y el desarrollo de los pueblos, la consolidación de la democracia y el respeto de los derechos humanos”. 

Por otra parte, durante el encuentro, que tuvo lugar en el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño, Paraguay recibió la jefatura pro-témpore. 

El presidente boliviano, Evo Morales, manifestó que «para Bolivia es una enorme alegría que después de tres años seamos aceptados como miembros plenos del Mercosur», con el objetivo de que su país “siga creciendo con un comercio de complementariedad y solidaridad”. Además, celebró que “en corto tiempo hemos dado una nueva imagen a nuestra querida Bolivia. Antes era vista como el último país de Sudamérica. Gracias a la lucha de los movimientos sociales y de los movimientos originarios nos reunimos para decir que tenemos derechos políticos y nosotros mismos nos gobernamos. No perdemos la esperanza de integrar organismos siempre que estén al servicio de nuestros pueblos”. 

Morales culminó de esa manera una semana que lo trajo de visita a nuestro país el 15 de julio, para inaugurar junto a su par argentina Cristina Fernández de Kirchner, el monumento a Juana Azurduy, heroína de la independencia latinoamericana nacida en Toroca, en el actual territorio de Bolivia. La obra fue donada por el gobierno de Bolivia y fue ubicada detrás de la Casa Rosada. Mide 16 metros de alto, tiene 25 toneladas de peso y fue realizada en bronce por el artista Andrés Zerneri.

La escultura fue presentada en el marco de la Fiesta Popular de la Integración y apunta a “descolonizar” el pensamiento latinoamericano. Se reemplaza la estatua de Cristóbal Colón mirando el océano, hacia Europa, por la figura de Azurduy, «la flor del Alto Perú», observando en posición de lucha hacia el interior del continente.

Evo expresó su «alegría por estar en Argentina y ver a una hermana, a una guerrillera de la independencia como Juana Azurduy, realizando un homenaje a todas las mujeres que luchan por su liberación», mientras que Cristina pidió un brindis “por la integración, la patria, Bolivia y Argentina. Por nuestros países y por esa generala de los pueblos libres que fue Juan Azurduy”.

El caso del primer presidente de origen indígena en un país en el que gran parte de su población pertenece o es descendiente de los pueblos originarios es un símbolo del cambio de época iniciado en muchos países de Sudamérica desde fines del siglo XX y principios del XXI. Sin embargo, el origen del mandatario no sería importante si no estuviera acompañado por políticas que representen los intereses de la mayoría de la población. En Perú, por ejemplo, Alejandro Toledo fue el primer presidente de su país con ascendencia indígena en ser democráticamente elegido y en su mandato, entre 2001 y 2006, continuó con las medidas neoliberales de Alberto Fujimori, de familia japonesa.

Evo Morales dejó atrás los años de políticas económicas neoliberales y de injerencia extranjera en su país, cuyo símbolo fue Gonzalo Sánchez de Lozada, presidente desde 1993 a 1997 y entre 2002 y 2003, que hablaba mejor en inglés que en español. 

Sánchez de Lozada debió renunciar debido a una profunda crisis económica, provocada por las medidas aplicadas durante su primer gobierno y continuada por los mandatarios Hugo Banzer y Jorge Quiroga, y por él mismo en su segunda presidencia.  

La gestión de Evo Morales, iniciada el 22 de enero de 2006, logró combinar, entre otras cosas, crecimiento económico y reducción de la pobreza y fue ratificada en las siguientes elecciones presidenciales, en las que logró ser reelecto. Su partido, el Movimiento al Socialismo, obtuvo el 64,22% de los votos en los comicios del 6 de diciembre de 2009, y el 61.36% de los sufragios en las elecciones del 12 de octubre de 2014.

El Estado Plurinacional de Bolivia se convierte así en el sexto país miembro del Mercosur, sumando una población de 10.027.254 de personas, una superficie de 1.098.581 km² y un PBI de 57.653 millones de dólares.

Respecto a la incorporación de Bolivia al Mercosur, la mandataria argentina, Cristina Fernández Kirchner, sostuvo en la cumbre de Brasilia que “la integración de Venezuela, la integración de Bolivia, constituyen un éxito para el Mercosur y un estrepitoso fracaso para quienes durante años pronosticaron, con profecías que estamos acostumbrados a escuchar, que el Mercosur finalmente iba a fracasar y no iba a servir. Yo creo exactamente lo contrario. Estoy convencida de que la unidad de la América del Sur va a permitir sostener estos años de crecimiento económico y de inclusión social y económica sin precedentes que ha tenido la región en la última década”. También resaltó «la necesidad de profundizar en momentos en los cuales en el mundo se intenta volver a cambiar los términos de intercambio comercial que durante décadas perjudicaron a las economías emergentes». Además, destacó que tanto en el Mercosur como en la Unasur «somos todos los Estados iguales, no hay consejo de seguridad que puede decir que lo que dice el conjunto está mal y resolvemos las cosas con un tratamiento igualitario».

La jefa de Estado recalcó que el Mercosur «ocupa la mayor parte territorial de Sudamérica, de su población y de producto bruto», y manifestó la necesidad de “articular mecanismos que le den mayor protagonismo a este formidable instrumento». Por otra parte, durante la cumbre la presidenta fue distinguida por su par brasileña Dilma Roussef, con la Orden Nacional de la Cruz del Sur (Ordem Nacional do Cruzeiro do Sul, en portugués), la principal condecoración que otorga Brasil a personalidades extranjeras.

Más allá del avance que implica la incorporación de Bolivia al Mercosur, la Argentina viene logrando en estas reuniones el apoyo de sus vecinos respecto a temas de gran importancia en materia internacional. Todos los presidentes del bloque respaldan a nuestro país en sus reclamos por la soberanía de las islas Malvinas y se suman al repudio a los  fondos buitre.

Para Daniel Filmus, secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, «no cabe ninguna duda de que los argentinos vamos a evitar el despojo de nuestros recursos con apoyos como el de los países del Mercosur, que en una Declaración Especial surgida de la Cumbre presidencial realizada en Brasilia dejaron en claro que rechazan firmemente la decisión unilateral del Reino Unido de realizar tareas ilegales de exploración de hidrocarburos en la plataforma continental argentina».

Cristina Fernández de Kirchner afirmó que “en el mundo los conflictos siguen siendo profundamente políticos, tienen que ver con el poder. La economía es un capítulo importante, pero la política sigue siendo fundamental”. En esa misma línea el vicecanciller argentino Eduardo Zuain manifestó su deseo de que “el Mercosur consolide la idea de ser un sujeto político más que un sujeto económico-comercial, que ayude a consolidar las democracias, pero también los procesos de crecimientos con inclusión social y que contribuya, por ejemplo, a la lucha por una arquitectura financiera internacional más justa”.

El Mercosur y otros organismos como la Unasur y la Celac son herramientas fundamentales para profundizar la unidad regional, negociar en mejores condiciones con otros países y bloques y defender los intereses de los países de nuestro continente. La incorporación de Bolivia junto a la de Venezuela, miembro desde 2012, consolida la integración latinoamericana y fortalece la relevancia internacional del Mercosur.

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