Para entender porque el académico francés de 61 años es merecedor del Premio Nobel de Economía, es necesario comprender la magnitud de la investigación llevada a cabo. Comúnmente se escucha hablar sobre mercados “perfectos” (muchos oferentes y demandantes) o en su defecto, de mercados monopólicos (donde una sola empresa controla la oferta de productos frente a un grupo de demandantes o consumidores), sin embargo, en la mayoría de las principales industrias y de las distintas economías no se observan monopolios o mercados perfectos, sino oligopolios (pocos oferentes que tienden a comportarse como carteles frente a muchos consumidores).
Estos mercados generalmente producen efectos socialmente indeseables, como precios mayores a los costos o compañías poco productivas que bloquean el ingreso de nuevos competidores. En este sentido, Jean Tirole propone a los gobiernos una forma de lidiar con estos mercados:
- Regular para incentivar a la productividad de las empresas sin perjudicar a competidores y consumidores.
- Abrir monopolios estatales o públicos a inversores privados para bajar los precios.
En ambos casos el pilar fundamental es la regulación de la empresa o grupo de empresas que controlan la oferta del mercado y poseen mayor información sobre costos y calidad de productos que el ente regulador.
Para llevar a cabo su investigación y estudio, el francés se basó principalmente en la “Teoría de los Juegos”, donde los agentes (en este caso empresa/s y el ente regulador) se enfrentan a distintas opciones con distintos resultados (pagos o incentivos) , a través de la cual decidirán que alternativa seleccionar tratando de maximizar su resultado.
Lo que se observa entre paréntesis son las recompensas que obtendrían ambos agentes si actuaran de acuerdo a las distintas alternativas (“a” y “b” para el regulador y “c” y “d” para las empresas). Las opciones contienen procederes que se describen a continuación:
- En la opción “a” el ente regulador actúa sin tener un acercamiento con la ó las empresas;
- “b” el ente regulador actúa teniendo un acercamiento con las empresas;
- “c” actúa sin importarle el ente regulador y tratando de evitar sus controles y sanciones;
- “d” actúa acordando con el ente regulador formas de control e incentivos dentro del cumplimiento.
Si ambas partes actuasen siguiendo su razonamiento, buscarían obtener los mayores pagos de 100 para el ente regulador y 110 para las empresas. No obstante, si ambos actuasen así, elegirían las opciones “a” el ente y “c” las empresas, obteniendo (40;10) de recompensas. Lo que propone el académico es justamente suscitar en los gobiernos y las empresas distintos incentivos a través de la regulación para obtener los mayores beneficios, generando previamente acuerdos en los contratos de las empresas y en las regulaciones. De esta manera, se alcanzaría el resultado más beneficioso para la sociedad (60;60) y para los distintos agentes, dentro de la normativa vigente. En esta elección:
- Las empresas perseguirían incentivos previamente acordados con el ente regulador, para reducir sus costos;
- se reduciría el incentivo a ocultar información por parte de las empresas de calidad y costos de los productos facilitando la acción del ente regulador y haciéndola más eficiente.
En este análisis cobra vital importancia el análisis de la situación, actualidad y comportamiento del mercado para determinar la forma en que se procederá.
Siempre el objetivo perseguido será maximizar el bienestar social y para ello es menester que tanto el ente regulador como las empresas que intervienen en los mercados, comprendan la importancia de que si bien estarán tentados a perseguir el mayor provecho y premio individual, al cooperar, ambas partes, saldrán beneficiados.
Así el Premio Nobel de economía contribuyó a:
- Generar nuevas herramientas teóricas: los oligopolios y la regulación de mercados.
- Regulación con información escasa: negociación de contratos y regulaciones.
- Mercados específicos: una misma regulación no es aplicable a distintos mercados; una medida eficiente dentro de un monopolio casi con seguridad no lo será en un oligopolio. Otro ejemplo son las sanciones impuestas por colusiones entre determinadas empresas, que si bien a veces no son eficientes, en algunos casos permite incentivar la eficientización (patentes que se prestan a una empresa para que desarrolle los insumos necesarios).
- Influencia vertical: los monopolios en alguno de los eslabones de la cadena de producción y su conocimiento, permiten inversiones estratégicas y regulaciones efectivas de adquisiciones y fusiones.
Justamente es a lo que apunta Tirole: generar herramientas e incentivos para escapar al accionar individual que reflejamos en la “Teoría de los Juegos” para alcanzar la eficiencia en la regulación y en los mercados.
Jonatan Clara
Analista de CECREDA
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