Actualmente nuestro país atraviesa una transición hacia una nueva etapa que deberá continuar apuntalando la idea de desarrollo y, para ello, deberá articular varias cuestiones. Además de sostener los cambios favorables en cuanto a crecimiento del mercado interno y la idea de acompañar la sustitución de importaciones, llamamos la atención a la necesidad de revisar el rol de los bancos, modificar e incorporar variables de planificación apuntando al crecimiento de la oferta con mayor valor agregado.
El auge de los precios de commodities en alto nivel fue dejado atrás hace tiempo, lo que presiona sobre el saldo de la balanza comercial y, finalmente, el nivel de reservas. La ya famosa restricción externa se hace sentir ante la imposibilidad de acceder a financiamiento externo barato, a pesar de los arreglos estratégicos con Repsol y el Club de París, entre otros, debido al no menos conocido fallo de Griesa, cuya persistencia sigue firme a la fecha. La última opción abordada fue el acuerdo con China que, swap de monedas mediante, permitió mantener cierto volumen de reservas que durante los últimos meses amortiguaron la presión sobre el dólar informal. Esta situación parece estar encontrando una resistencia más compleja ante el cercano pago de capital e intereses del Boden15 en Octubre de este año (egreso de aproximadamente USD 6.000 MM de reservas), a lo cual se suma la incertidumbre propia del clima de elecciones.
De confirmarse las proyecciones de analistas que marcan que una posible recuperación gradual de precios de commodities durante el año 2016 y, a su vez, el mayor crecimiento de PIB argentino que pronosticaron coincidentemente FMI, Bancos y varias consultoras locales y externas, habrá que estar atentos a que, a partir de esto, se aproveche el contexto para una recuperación de reservas. Esto no deja de ser fundamental si se contempla que las mismas se verán golpeadas tras el pago de Boden15. Sin embargo, debe recordarse que los USD 6.000 MM mencionados no necesariamente implicarán una caída de tal magnitud en las reservas, ya que muchos de los bonos a cancelar ya están en manos de la ANSES, que intenta recomprar deuda en pesos para ahorrar pagos en dólares en Octubre. Además, como marca todo vencimiento importante de deuda soberana a nivel mundial, un porción se estará refinanciando, como marcan las últimas emisiones.
Respecto a lo que viene ocurriendo en China, la realidad marca que Argentina no vende a este país productos industriales, sino que le provee alimentos y que es poco factible que su demanda se contraiga por la depreciación reciente del yuan. No obstante, el contacto negativo con la situación devaluatoria puede venir desde el limítrofe Brasil. Es decir, la pequeña depreciación de la moneda china es parte del proceso ya instalado de la apreciación mundial del dólar, por lo que previamente es un hecho que las importaciones brasileñas de productos argentinos se ven resentidas. Esto, de hecho, ya afecta a la industria y economías regionales.
Por último, sobre una base ya golpeada actualmente, las proyecciones del precio del petróleo no parecen exhibir una recuperación en el corto plazo. Por lo pronto, concretamente se da el hecho de que Soros Fund, Mason y otros fondos redujeron o bajaron su participación sobre YPF. Sin embargo no todas las perspectivas son negativas, ya que otros grupos menos conservadores como Oaktree y Point72 invirtieron grandes sumas apostando a que el precio bajo actual es una buena oportunidad para participar en el negocio que implica la segunda mayor reserva de gas del mundo que posee Argentina en Vaca Muerta.
En conclusión, consideramos que la nueva gestión deberá buscar fortalecer las reservas, eterna preocupación de la economía del país, apostando a proyecciones de mejores condiciones de precios mundiales. A partir de esto, es necesaria la redirección de la inversión, así se logra transformar la matriz productiva industrial que permita agregar valor y, de esta forma, paulatinamente, dejar de lado la enorme dependencia que aún existe sobre los precios de commodities. Esto, sin olvidarnos de fomentar el acierto que fue la fortaleza lograda y vigente del mercado interno y los crecientes vínculos comerciales estratégicos con Asia. Pero, esta vez deberá sumarse al sector financiero como un actor importante en el crecimiento de la economía, participando activamente en el aumento de la inversión privada, a diferencia del actual papel. Ya que -como observamos- a excepción de cierto estímulo logrado por líneas de crédito productivas para PyMEs, la banca tiende a llevar adelante una actividad que se limita a intentar obtener un interesante margen de rentabilidad según la coyuntura, sin mayores aportes (características, en cierto punto, parasitarias).
Mariano Uccellatore
Secretario
Mauro Gonzalez
Presidente