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La cara de la moneda que no nos cuentan: grandes compañías apuestan a producir e invertir en el país

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Desde el Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA) compartimos un documento elaborado por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, en materia de desembarcos e inversiones de capitales provenientes de grandes empresas, tanto nacionales como internacionales, que ayudarán significativamente a la reactivación productiva en Argentina.

Como es de público conocimiento, durante estos últimos dos meses el llamado “éxodo de empresas” fue tema de agenda en todos los medios de comunicación, en consecuencia del clima de incertidumbre e inestabilidad económica y financiera por la pandemia y la volatilidad del dólar.

Si bien esto ha llevado a que grandes compañías se vean obligadas a abandonar sus bases en el país y dejar severas secuelas en materia de empleabilidad y la reducción de la capacidad instalada industrial, no se ha hecho hincapié en la otra cara de la moneda; en que muchas otras corporaciones, pese al contexto adverso, apuestan a ampliar sus operaciones en Argentina, aumentar su línea de producción e invertir en nuevas matrices.

En el mencionado documento se detalla la activa inversión y atracción de capitales de un total de 35 grandes y medianas empresas del rubro automotor, combustibles, tecnología, alimenticia, agro, laboratorios, textil y electrodomésticos, entre las que se destacan: Volkswagen, Newsan, Quilmes, Tn & Platex, Globant, Biogénesis Bago, Intel, Unilever -entre otras-, por valores millonarios, que significan un gran incentivo para el tan esperado reflote económico.

Entre otros datos publicados por el organismo, se destaca, que, el desmantelamiento de empresas en la actualidad son un sólido producto de un sin fin de consecuencias arrastradas desde 2015 en adelante. Desde ese entonces, fueron más de 25.000 las empresas las que dejaron de existir en Argentina entre dicho periodo a diciembre de 2019, incluso representan valores superiores a la crisis de 2001-2002.

Cabe resaltar además que este proceso de destrucción del entramado productivo se produjo en simultáneo con el incremento de la deuda externa, afrontado y reparado por el Gobierno de turno actual, luego de que renegociara exitosamente de la reestructuración de la misma, generando de este modo nuevas condiciones para la inversión futura.

Sin lugar a dudas, este voto de confianza al país representa una recuperación paulatina y progresiva, clave para el crecimiento y desarrollo de la región en el corto y mediano plazo, acompañado además por políticas implementadas por el Estado para mitigar la crisis industrial y productiva.

Para acceder al documento haga clic aquí.

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