Economía

La Ciencia y la Tecnología como motor del Desarrollo Económico y Social Argentino

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Las actividades científica y tecnológica juegan un papel fundamental en la construcción de una sociedad basada en el conocimiento. El conocimiento es, cada vez más, creado, adquirido, transmitido y utilizado eficazmente por organizaciones, individuos y comunidades para promover un mayor desarrollo económico y social.

 

El aumento en el ritmo de creación, acumulación y aprovechamiento del conocimiento ha llevado a las sociedades actuales hacia un nuevo paradigma conocido como Economía del Conocimiento: un sistema en donde el conocimiento es la verdadera esencia de la competitividad, el valor agregado y el motor de desarrollo a largo plazo de una sociedad. 

Por tal motivo, la investigación científica es un factor indispensable en el incremento del patrimonio cultural de una sociedad. Para generar talento, el desarrollo tecnológico es necesario en la resolución de problemas socioeconómicos y motor central en la generación de riqueza. Por lo tanto, la ciencia y la tecnología son factores estratégicos para contribuir a un desarrollo social sustentable, cuidar el medio ambiente, mejorar la competitividad y elevar la calidad de vida de los habitantes. 

En este sentido, las experiencias de política científica y tecnológica a nivel internacional sugieren que el desarrollo de los países está fuertemente asociado a la construcción de capacidades sólidas. Estas políticas en ciencia y tecnología son reconocidas actualmente con mayor claridad que en otros momentos históricos, como factores decisivos para la transformación económica y social, no sólo para los países industrializados -en los cuales se pone de manifiesto el surgimiento de una nueva economía del conocimiento-, sino también para los países que procuran un mayor desarrollo. 

Estudios comparativos demuestran que los países que invierten en ciencia y técnica logran un marcado crecimiento en el ingreso per cápita. Según un reciente informe de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología-Iberoamericanos e Interamericanos (RICYT), la ciencia y la tecnología en América Latina se encuentran en alza. Por ejemplo, en la última década se ha duplicado el número de publicaciones de investigadores de la región en revistas indexadas; la cantidad de graduados en el área creció significativamente (82%), al igual que los doctorados. Además, se multiplicaron las publicaciones en tecnologías de la información y comunicación (TIC). 

En la región también ha aumentado la inversión en ciencia y tecnología medida en relación con el PBI: Brasil cruzó la barrera del 1% y en la Argentina ronda el 0,60%, después de Cuba, con un 0,64%. Un dato destacable es que Argentina (que recuperó su participación en la inversión regional) tiene un 15% de los investigadores de América latina y el Caribe, pero un 9,5% de la inversión. 

Argentina cuenta con características que juegan en beneficio de la innovación, como ser la ubicación geográfica y el capital intelectual, que facilitan la creación de redes de conocimiento y la formación de habilidades para la investigación científico-tecnológica.

Así, la solución de los problemas de orden socioeconómico prioritario -alimentación, salud, vivienda, educación, empleo y energía reutilizable- que mejorará la calidad de vida de la población, requiere de un mayor acceso al conocimiento y una mejor distribución social del mismo. 

La ciencia y tecnología deben contribuir a una mayor competitividad del país y bienestar social de su población. Este camino se ha comenzado a trazar en los últimos años, tomando como referencia a la inversión que se incrementa de manera exponencial orientada hacia el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, así como la actitud de continuar con la repatriación de científicos argentinos y la mejora en infraestructura y recursos humanos, para un mayor desarrollo de la ciencia como motor de la inclusión social.

Por Mauro González
Presidente de CECREDA

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