Argentina posee una de las mayores reservas de litio del planeta; junto con Bolivia y Chile, presentan más del 85% de este metal blando, este banco -en su gran mayoría- se encuentra ubicado en lo que se conoce como el “triángulo del litio”. Éste se encuentra formado por el Salar de Uyuni (Bolivia), el Salar de Atacama (Chile), y el Salar del Hombre Muerto (Argentina).
Gran parte de la reserva la posee Chile, con unas 7.500.000 de toneladas, una reserva extremadamente grande frente a las 13.000.000 Tnm de reserva mundial o las 750.000Tnm de Argentina.
El Litio se trata de un metal que presenta diferentes destinos, a los cuales va dirigido: el 29% se utiliza para la fabricación de baterías, tanto para la demanda automotriz como para la gran cantidad de productos electrónicos que hoy se consumen. Luego, un 20% se destina a la producción de aluminio, otro 20% para vidrios y cerámicas, 13% en fabricación de lubricantes y el 13% restante a múltiples industrializaciones. En menor medida, la medicina se provee de estos compuestos para tratar el trastorno bipolar y, más recientemente, para tratar la esclerosis lateral amiotrófica, pero su porcentaje es relativamente bajo respecto a las demás industrias.
Debido a su alta capacidad de voltaje, buen comportamiento en la conducción y acumulación de carga en relación a su tamaño, la fabricación de baterías de iones de litio para la nueva generación de autos eléctricos o híbridos, y en menor medida motos eléctricas, son uno de los causantes de una creciente e insatisfecha demanda de este mineral. Descubiertas hace décadas sus reservas, solo hace unos pocos años ha comenzado su extracción.
La tierra posee una gran cantidad de recursos, cuya explotación depende de la innovación tecnológica, claro de observarse este fenómeno en el mercado de China. Este país descubrió sus grandes reservas de litio (5,4 Millones Tnm) en 1987, y sólo realiza una explotación de este recurso desde 2004, época en que el desarrollo de nuevas tecnologías hacia alternativas de energía limpia comenzó a aplicarse en mercados de consumo masivo. Se puede hablar de una posible transformación energética en los siguientes años, cuando se abandonaría el uso de los combustibles fósiles tan contaminantes.
Concesionar o no los yacimientos en los países no desarrollados
Es entendible que métodos de extracción masivos y concesionados internacionalmente sean más eficientes en términos productivos que aquellos utilizados por los países no desarrollados tenedores de esas reservas. Ya que si no fuera de esa manera, no existirían en América Latina los desembarques de la industria química internacional con promesas de derrame económico.
En ese aspecto, Bolivia es un país que ha comenzado a organizar su extracción de Litio en 2008. Tomó la decisión de no concesionar su explotación y que su cadena productiva se realice por cuenta propia. Respecto al paso posterior a la extracción, se ha negado a la exportación con una ausente cadena de valor. Debido a esta decisión, luego de poseer el carbonato de litio, Bolivia decidió tener una apertura hacia capitales foráneos, quienes le brindaran ayuda con la finalidad de culminar la fabricación de productos.
Actualmente los pioneros en la extracción de reservas utilizan técnicas de explotación masiva, lo que explican producciones en millones de toneladas, como lo es el caso de Chile con 7.400 millones. Si bien Bolivia tiene reservas millonarias de este mineral, aún no está teniendo producciones altas como se tendería a esperar; esto porque tomaron la decisión de hacer un manejo comunitario, por lo que son esas mismas comunidades las que, en forma de cooperativa, realizan la extracción de litio. Esto se encuentra regulado por la COMIBOL, la Corporación Minera de Bolivia, la cual tiene a cargo el proyecto cien por ciento estatal y representa al Estado en las concesiones mineras.
Uno de los parámetros principales que garantiza la soberanía nacional, es el control estatal de la extracción de commodities. Gracias a la regulación, se rechazan grupos de intereses privados internacionales en beneficio de la población e industrialización de salares, beneficiando de esta manera a las poblaciones aborígenes, que se encuentran ubicadas alrededor de las minas. Es por eso que Bolivia optó por realizar una extracción autónoma del carbonato con posterior participación de la alemana UT de Freiberg, para la ejecución de los proyectos de inversión e industrialización.
Esa es la razón por la que se realiza una comparación con el mercado del litio de Bolivia, ya que es el único país de Sudamérica que ha prohibido concesionar y ceder sus reservas en pos de su autonomía y soberanía, y es por eso que también se explica su baja extracción en términos relativos respecto a los yacimientos que los rodean como Argentina o Chile.
Gracias a estas nuevas actividades, se produce un eventual crecimiento integral tanto a nivel local como nacional. Tampoco se debe descartar el crecimiento a nivel regional -incluyendo Latinoamérica en las bonanzas-; ya que Argentina y Chile se encuentran, actualmente, en pleno auge en materia de comercialización e investigación. A partir de este contexto, puede surgir una posibilidad para que Bolivia se distancie de las estadísticas que lo sitúan como uno de los países más pobres del Cono Sur.
Valor agregado
El escenario internacional demanda gran parte de la producción argentina, la cual se encuentra en un notable aumento. Así es como, EEUU y Japón se erigen como los principales compradores del litio argentino, con el 79% y 12% respectivamente. En el caso japonés, esta exportación se produjo el pasado jueves 29 de abril. Luego, la industrialización de la materia prima se produce en los países de mayor desarrollo relativo, como los son Japón, Corea, China, EEUU, parte de la Unión Europea, y demás países que poseen tecnología de punta.
Es por eso que se debe fortalecer las intervenciones en la industria nacional del litio. Concretamente, se están teniendo avances en términos de valor agregado, pero la Argentina no posee ardua experiencia en litio, como podría compararse con el petróleo. Esta es una de las principales razones de la escasa consolidación de un mercado que, actualmente, se encuentra en desarrollo, y como tal, se deben tomar ventajas desde el principio. Debido a esta razón, el Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (Inquimae), ha desarrollado un método donde se extrae litio de salmueras salares mediante un reactor electrolítico, este mismo tiene la ventaja de ser más ambiental que los empleados por la mayoría de las empresas del norte argentino, reduciendo el uso de agua, el uso de reactivos químicos, y los residuos tóxicos.
Se podrán desarrollar tecnologías para la integración de este mineral en la industria nacional, agregando valor desde la extracción hasta la comercialización de los bienes más demandados como las baterías electrónicas y, en un futuro, las baterías para la nueva generación de automóviles eléctricos.
Esto se logra con desarrollo tecnológico y capacitación profesional nacional. Sería ideal la explotación de recursos como éste de forma autónoma, extracción por empresas argentinas, agregado de valor por empresas argentinas y demás cuestiones de independencia internacional. Se puede tomar como ejemplo Bolivia, ya que lo ha intentado y, aún teniendo uno de las mayores reservas, no tiene una producción significativa. Por lo que resulta muy difícil para países no desarrollados, querer tener un comportamiento de un país desarrollado. Es por eso que, en un futuro, se deberá acabar con las exportaciones de materias primas sin valor agregado, y que eso no signifique un daño a los distintos acuerdos bilaterales que condicionan a la Argentina a la exportación de commodities con escasa industrialización.
Una revolución -en estas formas de abastecer a los bienes que requieran este tipo de energía- siempre está ligada a una o más variables. Los cambios que tienen lugar en estos tiempos múltiples, entre ellos: hallar formas menos invasivas de combustión para el medio ambiente, encontrar costos más accesibles para los diferentes combustibles y diversificar las maneras existentes para generar y almacenar energías. Esto implica la utilización de esta nueva ventaja comparativa, aspirando acabar con la era del país exportador de materia prima; aprovechar el escenario de un precio en aumento, una demanda en aumento, y una modificación en el tablero energético, en el que Argentina se ha insertado favorablemente logrando gran número de inversiones en la región, una tasa de empleo en aumento y un posicionamiento en el cuarto lugar mundial de producción.
Matías Finozzi
Analista CECREDA