La seguridad representa una realidad y una preocupación que se incrementó fuertemente en los últimos años entre los argentinos. Diferentes sondeos realizados por consultoras e Instituciones públicas reflejan que éste problema encabeza los índices de preocupación, acompañados por otros factores como la inflación, el desempleo y la corrupción.
Las mediciones del mes de noviembre arrojan que la corrupción preocupa a la opinión pública en un 22,8%, seguido por la inseguridad con un 21,6% y el desempleo con el 21,4%. La inflación por otro lado, se mantiene en un 15,2%.
Desde hace varios años la inseguridad pasó a ser parte de la vida cotidiana de los ciudadanos, y al mismo tiempo, el tratamiento que los medios han dado a los hechos de inseguridad, han contribuido a la naturalización del problema. En este marco se puede observar no solo una clara manipulación política de la información, sino además un conglomerado de opiniones de distintas características que ofrecen y/o demandan diferentes soluciones para una temática que encierra una multiplicidad de factores que la complejizan.
Cuando se trata de encontrar soluciones; las hay de tipo segmentado, improvisado y de corta duración, y también existen visiones generales, integrales. Las primeras (que generalmente son las propuestas que salen de los medios de comunicación y también de integrantes de distintos partidos políticos), no son sólo el resultado de una postura ideológica – como la propuesta de “mano dura”- sino que además son acciones de una visión acotada, que solo logran impactar directamente en el “problema” sin considerar las causas que originan que la inseguridad sea un índice en crecimiento. De esta manera pueden entenderse como respuestas inmediatas a situaciones coyunturales.
La visión Integral
La solución integral no es simple, ya que debe llevar seguridad a una sociedad que está formada por grupos sociales muy diferenciados, y asimismo, por enfoques políticos y económicos muy distintos, por ende, es preciso que se realice un acuerdo político para determinar las medidas que deben adoptarse. El acuerdo debe partir por establecer las causas, como así las acciones que deberán aplicarse para encontrar la solución.
Cuando se analizan las estadísticas que ofrecen información sobre la variable “inseguridad” se observa que cuando los problemas económicos se incrementan impactan directamente sobre la inseguridad. El aumento del desempleo, la inflación, la deserción escolar y la exclusión, son problemas que generan mayor falta de seguridad.
Esto se traduce en que los parámetros sociales sobre los que la seguridad se asienta en la comunidad, son en gran parte condicionados por las medidas y los resultados de las políticas económicas que determinan los gobiernos.
El año 2016 marcó el comienzo de un nuevo gobierno y con éste, el cambio de políticas económicas y sociales. Los índices de inflación, desempleo e inseguridad han crecido a un ritmo marcadamente superior al que se venía desarrollando en los últimos años del gobierno Kirchnerista, producto de esto, la cantidad de ciudadanos que están por debajo de los niveles de pobreza e indigencia se ha ampliado. Este cambio en el rumbo económico hacia un sistema liberalizado por parte del gobierno Nacional, establece nuevos parámetros para las funciones esenciales que debe cumplir el Estado, en este sentido, no se ha logrado en este corto período de gobierno mejorar los diversos problemas que enfrenta.
El sistema liberal o neoliberal, depende cual se aplique, suele favorecer el desarrollo de las grandes empresas y por ende de los grupos económicos que las poseen, a su vez, al liberalizarse los mercados y permitir el ingreso de importaciones (suspensión del sistema proteccionista), sin un gran control del impacto que pueda tener esta medida en la producción nacional, sumado al mecanismo de acotar los roles del Estado (visión de Estado Eficiente) y enfocar como una de sus funciones principales el incremento y control de la competencia, no son medidas que favorezcan al crecimiento del mercado interno, compuesto en su mayoría por PYMEs, las cuales son las que generan el 90% de la producción y al mismo tiempo, conforman el 70% del trabajo privado formal.
La inseguridad debe ser enfocada como una problemática social asociada a cuestiones culturales, de educación y como fuimos observando, económicas. El sistema de familias (desintegración familiar, violencia doméstica, abandono), el entorno de relaciones, las condiciones de vivienda y la deserción escolar son aspectos que conforman causales de desarrollo de inseguridad con características sociales y suelen ser en su mayoría, factores que están condicionados por el progreso de la economía del país. El liberalismo suele incrementar la exclusión social y el concentramiento económico, factores que si van aumentando solo pueden traducirse en un aumento progresivo de la inseguridad.
En un contexto donde las grandes ciudades de Argentina sufren graves casos de inseguridad, y en particular, en la zona del AMBA la sensibilidad social es notoria, debido a que contiene el mayor númerode habitantes, y asimismo mantiene uno de los niveles más altos de exclusión social del país. Se evidencia un marcado aumento tanto en la percepción como en la sensación de inseguridad, que resulta en manifestaciones sociales, donde los protagonistas suelen ser ciudadanos sin ninguna clase de participación política, y con un alto grado de hastío. Este mismo sector suele solicitar soluciones rápidas y concretas, y sus propuestas tienen características momentáneas y sin ninguna visión de integración social.
Algunas veces los gobiernos se hacen eco de estas protestas porque ven que los distintos integrantes del arco político suelen manipular las disconformidades para agravar el descontento social y como respuesta, buscan ahogar los focos de protesta aplicando medidas que son populares entre los grupos que se manifiestan, pero que suelen estar lejos de ofrecer una solución real y concreta al problema de la falta de seguridad.
Lic. Facundo Mordasini
Analista dé CECREDA