Notas de Opinión

La sustitución de importaciones, el rol del Estado y de los industriales pymes argentinos

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En una economía global cambiante e inestable, es necesario valorar el esfuerzo que el Estado realiza a costa de firmes decisiones para proteger al mercado interno y sostener el crecimiento económico obtenido durante la última década. El empresariado pyme argentino necesita reinventarse para estar a la altura de las circunstancias; valorizar la organización empresaria que defienda los mismos estandartes nacionales debe dejar de ser un deseo para transformarse en una herramienta superadora de la economía productiva. 

Las constantes medidas de control que el Estado realiza a las importaciones, a las exportaciones y al mercado de divisas, bajo el argumento de proteger la balanza comercial, fomentan en los empresarios industriales la idea de que no hay reglas claras1 para jugar en Argentina. Cuestión que es puntillosamente sostenida por diversos medios de comunicación, influyendo en la opinión pública negativamente y brindando escasa información técnica a pesar de que el tema lo amerite. Sabemos que cuando las reglas cambian rápidamente las contiendas son ganadas por el más fuerte que, en general, no es el más preocupado por el desarrollo productivo económico y social de la Nación. Así las pymes en una batalla desigual quedan a merced de la dirección que impriman los grandes conglomerados económicos o que la coyuntura los absorba y queden fuera de juego.

 La capacitad del Estado, que históricamente fue nula, para controlar el comercio interno y el intercambio comercial merece ser valorada. Ya no tan sólo se conoce el comercio en términos de números estadísticos inocuos sino también en tanto bienes concretos, cantidades, costos, precios de venta, empresas productoras. En síntesis, es asumir real y diariamente el rol del estado, controlar, comparar y corregir “al mercado y a sus fuerzas dominantes”. Esta es una política que está recuperando la identidad industrial, la cara y las manos de la producción nacional. Esta tarea la lleva adelante la Secretaría de Comercio Interior de la Nación y, en particular, el Secretario Guillermo Moreno que, a pesar de sus formas, la gestión que le impulsa resulta positiva para el país.

 El primer paso se ha dado y las decisiones firmes han sido tomadas. Dicho en otros términos: se está profundizando el modelo. Un constructor inteligente debería promover políticas de estado en un sentido claro y fortalecer un sistema que responda a esas directivas como así también educar a la sociedad toda para que oportunamente pueda ajustar ese sistema y continúe priorizando el beneficio de nuestra Nación. Teniendo esto presente podemos preguntarnos si es sustentable a largo plazo un Estado que dependa del desempeño diario de funcionarios, sean presidentes o secretarios, y de las batallas individuales que asuman. La respuesta es no.

 Algunas preguntas que deberían hacerse los industriales pymes argentinos son: ¿cómo dinamizaría la economía el hecho de reactivar la industria ferroviaria, la naval, la aérea, o la de defensa, el transporte eléctrico, el automotriz pyme? ¿Cómo repercutiría en las economías regionales el transformar in situ los alimentos y movilizarlos en tren a las urbes o puertos con denominación de origen?, En torno al nivel micro ¿qué capacidad de financiamiento podría conseguir un eslabonamiento de empresas en un sector específico?, Mas prácticamente podrían actuar y solicitarle a la Secretaría de Comercio Interior un listado con los productos industriales, y en unidades y valores, que la Argentina importa y no produce, para estudiar la viabilidad de que puedan fabricarse localmente con el apoyo de las muchas herramientas que el Ministerio de Industria promueve. En síntesis ¿alguien del entramado pyme industrial está trabajando para convertir esta situación coyuntural en oportunidades a corto, mediano y largo plazo? La respuesta no parece ser muy alentadora y es imperativo ponerse a trabajar en este sentido. 

 Entonces ¿Cuál es el rol que en esta coyuntura deberían jugar los industriales pymes argentinos? Consensuar y acompañar con proyectos individuales, y colectivos o proponer al Estado políticas industriales donde organizadamente participen y acompañen en su ejecución. Claro, el desafío es la organización2 y el consenso3 en un sector difícil como es el industrial y el pyme argentino, que está segmentado, y tiene poca o nula capacidad de acuerdo con otros sectores industriales que responden a sus casas matrices en el extranjero. Ni hablar de promover acciones conjuntas con su contraparte, los trabajadores. 

 Lamentablemente, la Globalización ha impulsado una competencia que los empresarios manufactureros no puede resolver exclusivamente puertas adentro. Gran parte de la estructura de costos se ve influida por el país en el cual se produce. No es lo mismo lo que gana un obrero promedio en Argentina que en Brasil o China4; por ende, no puede compararse la competitividad en términos reales de empresas que hacen lo mismo. Incluso los mercados a los que acceden dependen de acuerdos previos entre los países. Hay que salir de la fábrica y trabajar proactivamente para ajustar las variables exógenas del negocio. En definitiva, democracia participativa pura. Hoy puede hacerse. 

 

1-Un vicio de la era industrial consiste en asociar las variables externas de la empresa a la situación política y económica del país de manera  estática y no dinámicamente, como propone la Globalización en la era de la información.

2-Desde que la Confederación General Económica – CGE- se fracturó por sus propias incapacidades, las pymes industriales se distribuyeron en la Confederación Argentina de la Mediana Empresa – CAME- y las multinacionales en la Unión Industrial Argentina – UIA-.

3-Al igual que todas las grandes empresas, las pymes, por acción propia o a través de entidades empresarias, deben impulsar propuestas al sector político que lo involucre activamente. Entiéndase trabajar en conjunto, consensuar con el Estado y con los trabajadores, promover marcos de estabilidad a cada proyecto productivo.

4- El Salario mínimo en u$s PPA 2011 en Argentina es de USD 791, en Brasil USD 341 y en China entre USD 140 y 240.

  

Por Leo Ezequiel Bilanski

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