Análisis y Desarrollo Político

Los roles del Estado

Pinterest LinkedIn Tumblr

Elección a elección, los votantes eligen un candidato que, de manera explícita o no, otorga determinados roles al Estado. De esta manera, cuando la figura política anuncia los proyectos a futuro que quiere realizar, debemos saberque, tanto el proyecto político como el rol de Estado se construirán de manera interrelacional.

Pero, al referirnos constantemente al  Estado, la propia palabra pierde significado y contenido, por eso resulta importante abordar su verdadero concepto.

Concordaremos con O’Donnell (1) , quien define el Estado como “el componente específicamente político de la dominación en una sociedad territorialmente delimi¬tada. Por dominación (o poder) entiendo la capacidad, actual y potencial, de impo¬ner regularmente la voluntad sobre otros, incluso, pero no necesariamente, contra su resistencia.” 

Así es como, el Estado nunca puede ser a-político, es inherente a él mismo la política, la lucha interna por la imposición de sentido, todo esto con el objetivo de mantener la dominación. 

Gracias a esta afirmación, podemos contradecir los dichos de un presidenciable, quien dijo abogar por un “Estado al servicio de la gente y no de la política”. El Estado no estará al servicio de la política porque el Estado es política, es una arena de lucha donde sectores pelean por el control de recursos y, en ella, deben construir alianzas, representar intereses que no necesariamente son los propios e implementar estrategias; todo con la finalidad de generar el consenso social que les otorgará legitimidad. 

Entonces, como primer argumento, afirmamos que el Estado siempre es político. Es político porque debe mantener y ocultar la dominación surgida de la relación entre aquellos que poseen capital económico y otros que brindan capital físico o intelectual. 

Pero no nos enfoquemos en una perspectiva marxista, leninista o althusseriana con respecto al Estado como institución de control burgués, ya que sobre ello hay empleados torrentes de tinta. No vamos a entrar en una discusión que es interminable, donde hay cientos de aristas y de puntos de vista a analizar. 

En cambio, centremos nuestra visión en una afirmación de corte más gramsciana: es necesario el consenso de la sociedad civil para que una fuerza social (que puede ser una alianza de sectores) acceda al control del Estado y se erija como dominante. Es un requisito indispensable el consenso, ya que sin él, la fuerza devenida en dominante carece de legitimidad. Para entenderlo desde un ejemplo: un individuo puede imponerse ante un pueblo a través de las fuerzas físicas coercitivas, pero este acto no le otorga legitimidad, los dominados no lo reconocerán como un mandatario legítimo. 

De esta forma, concatenamos sentencias y las relacionamos anunciando que nosotros, la sociedad civil, le otorgamos a un representante político ,que necesariamente tiene intereses políticos y económicos,  nuestro voto y con él nuestra parcial sumisión ante las acciones que desarrollará cuando domine el aparato estatal. Por supuesto, como vivimos en democracia, no necesariamente nuestro elegido será aquél que se siente en el sillón presidencial. 

¿A qué apuntamos con toda esta alocución circular? No solamente concientizar sobre la importancia del voto a conciencia, sino a la necesidad de estudiar la historia argentina, analizar los discursos de los políticos y a comprender que, detrás de cada uno de los representantes, hay una telaraña de intereses económicos y politicos tejidos por diferentes “arañas” locales e internacionales.

De esta manera, ejerciendo un pensamiento crítico podremos comprender qué roles le quiere otorgar cada uno de los políticos al Estado; a su vez El Estado presenta diferentes aristas y dependiendo de quiénes ejerzan serán las decisiones político-económicas que finalmente se impongan. 

Durante la década de los ‘90s el Estado no fue un Estado ausente, que se haya retrotraído; esa es una falacia que nos quieren hacer creer desde diferentes medios, ámbitos académicos  y pensadores. Si estudiamos las medidas tomadas durante el menemismo por ejemplo, se ve un Estado muy presente, presente legalizando las privatizaciones de empresas estatales, presente permitiendo la apertura del mercado (produciendo la quiebra de las industrias que habían logrado sobrevivir a la dictadura y a la hiperinflación alfonsinista), presente desregularizando las leyes laborales y ocasionando la precarización de las fuerzas de trabajo y presente aplaudiendo la conformación de monopolios mediáticos y de telecomunicaciones.

La Argentina, durante los 90’s, sufrió un Estado cuyos roles estuvieron orientados a aumentar las ganancias de unos pocos grupos económicos nacionales e internacionales. Es verdad que estuvo ausente, ausente  para las poblaciones que realmente lo necesitaban. No se presentaron políticas públicas orientadas a paliar el desempleo, la desnutrición, las brechas educativas, y el deficiente servicio de salud.

La crisis económica, política y social iniciada en diciembre del 2001 nos demostró que todas esas “recetas” neoliberales no habían mejorado en nada la vida del común de la gente; todo lo contrario. Frente a un país sumido en una profunda crisis institucional, Duhalde comienza a otorgar diferentes prestaciones a familias sin recursos.

A partir del 2003, el Estado giró ciento ochenta grados. Néstor Kirchner, frente la crisis y sumada la poca legitimidad popular, modifica los planes sociales del duhaldismo, cambia la formulación del prestatario y lo comienza a llamar “sujeto de derecho”. A partir de allí, con algunos tropezones, comienza a iniciarse una nueva política pública y, con ella, se vislumbra un rol del Estado diferente. 

La inclusión social se izó como una bandera del gobierno kirchnerista, el Estado comenzó a focalizarse especialmente en los sectores de la sociedad con menosrecursos económicos y en aquellas poblaciones que no eran sujetos de derecho. Los representantes oficialistas no argumentaron en contra de la política, es más, en cada una de las nuevas inauguraciones (tanto de edificios como la rehabilitación de derechos) recalcaron que esto sucedía por una decisión política proveniente del Estado. 

En fin, la política es transversal al Estado, lo recorre en todos los aspectos y en todas las acciones que realiza el mismo. Podremos analizar el rol del Estado a través de las políticas públicas que sean solventadas por él. Es de extrema necesidad que comprendamos la importancia de la elección de nuestros gobernantes, porque a través de ellos elegimos el tipo de Estado que queremos que finalmente exista. 

Gabriela Jan
Analista de CECREDA

 

Bibliografía consultada:

(1) O´Donnell, Guillermo, “Apuntes para una Teoría del Estado”, En Oszlak, Oscar (comp.) Teoría de la burocracia estatal, Buenos Aires, Paidós, 1984.

 

Comments are closed.