Notas de Opinión

Megaminería: Una barrera hacia el desarrollo industrial y tecnológico argentino

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Una vez más, los conflictos con las compañías mineras que, a cualquier precio, buscan extraer de la cordillera argentina materiales de valor, ponen sobre la mesa una de las principales barreras que impiden a nuestro país encaminarse hacia un verdadero desarrollo económico-productivo: la incapacidad de utilizar las materias primas argentinas -en este caso, los minerales- como productos primarios para la industria nacional.

 

No profundizaremos en la poca sustentabilidad del proceso de extracción de minerales a cielo abierto, como el daño medioambiental y social que este proceso genera entre las poblaciones obreras mineras y locales (enfermedades, escasez de agua potable, destrucción de las economías regionales, etc.) Sí haremos énfasis en la cuestión del Litio, hoy un comodittie altamente comerciable que  -sin embargo- no es tenido presente en la cadena estratégica productiva nacional (de hecho, es tan sólo mencionado en el Plan Industrial 2020, lanzado recientemente por el Ministerio de Industria de la Nación). Esto como para introducirnos en ejemplo del potencial «oculto» de la minería y que se repite a lo largo de todo el suelo cordillerano argentino. El camino para la que la minería deje de ser tenida en cuenta como un sector puramente económico-financiero y pase a ser un nuevo sector productivo-industrial implica un alto costo  político, ya que supone disputar poder a grandes corporaciones económicas internacionales en un escenario que aún no parece ser lo suficientemente favorable para nuestro país, y que adeuda, por ejemplo, la sanción de una nueva ley democrática de entidades financieras y la creación de un banco nacional de desarrollo.

 

En este sentido y como para brindar un marco de seguridad y prosperidad nacional, impulsar una estrategia conjunta con la comunidad latinoamericana, UNASUR/CELAC respecto de la minería (sobre los Andes por ejemplo o inicialmente) puede permitir un marco de inversión a gran escala y contención legal adecuada para que empresas de capitales nacionales puedan efectivamente explotar este sector productivo con real control del proceso, democrático y moderno en cuanto al tratamiento medioambiental, con participación activa de las comunidades locales y las organizaciones civiles.

Auto eléctrico, litio y la situación en los países vecinos

 

El litio, para quien no sabe, es uno de los principales insumos necesarios para producir baterías eléctricas de alta tecnología que actualmente se utilizan en la industria de la  teléfonía celular como para los vehículos eléctricos, en sintesis junto a la electricidad, el combustible del futuro.

En Brasil, la empresa suiza KWO y la central hidroeléctrica Itaipú se encuentran desarrollando, junto a FIAT, baterías y autos eléctricos que se producirán en la región. Por su parte, la firma Electrobras, subsidiaria de la poderosa Petrobrás, ya se encuentra instalando estaciones de carga para este tipo de vehículos. Desde el Estado, a través del Banco de Desarrollo y el Ministerio de Innovación de ese país, se viene incentivando desde hace varios años este tipo de producción.

La situación en Bolivia es similar: en el “Salar de Uyuni”, que contiene el 70 % de las reservas mundiales de litio, equivalente a 100 millones de toneladas métricas de este recurso y 2000 millones de toneladas métricas de potasio, se está construyendo una planta de extracción e industrialización del litio, donde se generarán productos derivados de este mineral con alto valor agregado, tales como baterías. Se estima que la misma estará terminada hacia 2015.

Uruguay con la instalación de ensambladoras de vehículos eléctricos y iniciativas de pymes en cuanto a la producción o transformación a baja escala de vehículos eléctricos ó Chile comercializando vehículos puros eléctricos también intentan colarse, con sus limitaciones industriales, a esta naciente industria.

El capítulo argentino podría sintetizarse también en un párrafo y, a pesar de que el 88% de los Argentinos compraría un auto eléctrico* , no hemos realizado avances industriales significativos producto de la falta de política públicas respecto de esta cadena de valor.  *Encuesta Deloitte año 2011.

Según primeras fuentes CECREDA sabe que no se han logrado consolidar acuerdos sobre propuestas impulsadas hacia  la Presidencia y demás ministerios y secretarías de la Nación, como tampoco con los gobiernos de la Provincia de Santa Fe y de la Ciudad de Buenos Aires, al respecto de fortalecer la cadena de valor del litio o producir localmente vehículos eléctricos con una fuerte participación de empresas pymes nacionales. 

 

Sería de suma importancia poder avanzar en este sentido, especialmente si tenemos en cuenta que en la actualidad si se vienen desarrollando desde el Estado medidas que benefician, por ejemplo, la extracción de este recurso por parte de diversas empresas mineras multinacionales (ver imagen), y la generación de acuerdos de entendimiento entre empresas extranjeras y socios locales para la producción de bienes industriales no siempre tan favorables para la industria argentina. 

 

 

Permanentemente hay señales confusas a veces promoviendo la importación de vehículos híbridos exceptuándolos de las tasas de importación que deben pagar, otras fomentando acuerdos de entendimiento para que empresas extranjeras selecciones socios locales para producir bienes industriales erráticamente, y las permanentes políticas provinciales que allanan el camino a las mineras multinacionales que se llevan al por mayor uno de los recursos naturales estratégicos de este nuevo milenio. Cuál es la deuda que se debe saldar desde el estado, simple: promover políticas públicas que claramente fomenten la industria nacional desde el origen y obtención de los minerales hasta la producción, uso y posterior reciclaje de los bienes industriales y derivados (por ejemplo: autos eléctricos). 

La normativización y ejecución de políticas públicas favorables a la extracción del litio, su transformación en bienes industriales tecnificados tales como vehículos y baterías eléctricas, y su posterior uso y reciclaje, así como la generación de una legislación que incentive el uso de tecnologías amigables con el medioambiente para el transporte vehicular, permitirían seguir construyendo el camino de recomposición del tejido industrial-productivo nacional. Teniendo en cuenta que la Argentina ha crecido a tasas extraordinarias, incorporando a millones de trabajadores al sistema productivo y promoviendo políticas de inclusión social que son ejemplo a nivel mundial, creemos que es momento de avanzar un paso más en la consolidación de un verdadero desarrollo nacional, a través del impulso de políticas específicamente sectoriales que permitan dar el salto expansivo y de calidad que un modelo industrial del siglo XXI requiere.

 

Leo Ezequiel Bilanski  ( @leobilanski) 

Socio Fundador CECREDA

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