Como es de amplio conocimiento, por 207 votos, 32 en contra y 6 abstenciones, la cámara de Diputados convirtió en ley la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF. Existen dos argumentos fundamentales que queremos esgrimir en defensa de dicha expropiación. El argumento de la conveniencia económica y el argumento de la soberanía.
El año pasado se agudizó el desabastecimiento de combustible, debido fundamentalmente a la producción de determinado tipo de nafta destinado a los segmentos más pudientes de la sociedad y a la falta de inversión, fruto de priorizar el envío de dinero a la casa matriz. Con la expropiación de YPF, Argentina tiene la posibilidad de gestionar recursos que no son para nada despreciables, ya que nuestro país cuenta con uno de los principales reservorios de combustibles no convencionales en el mundo. He allí el argumento de la conveniencia económica.
Con la expropiación de YPF, el Estado tiene la posibilidad de abastecer a la población y al sector productivo y tomar las decisiones que crea correctas y convenientes para direccionar las inversiones hidrocarburíferas. Argentina necesita producir combustibles pesados para abastecer al sector agropecuario, la producción en diversas ramas, la construcción y el transporte de cargas. Con esta medida, Argentina no queda condicionada a la importación de combustibles para abastecerse y podrá así tomar las riendas de la agregación de valor, fortaleciendo las cadenas productivas relacionadas a la industria hidrocarburífera. Tuberías de agua, lámparas, barnices, aceites, fertilizantes, son sólo algunos ejemplos de posibles productos de exportación a gran escala y de sustitución de importaciones, fruto de direccionar inversiones relacionadas con la industria hidrocarburífera.
En ambas cámaras, muchos pretendidos intelectuales del liberalismo económico argumentaron en contra de la nacionalización, olvidando que el mismo Adam Smith establece excepciones claras a la libertad de los mercados y el carácter intangible de la propiedad privada. Por ejemplo, cuando cierta industria es importante y necesaria para la defensa nacional. YPF en manos Argentinas significa más posibilidades de defensa. He allí el argumento de la soberanía.