Análisis y Desarrollo Político

«La salud como Polu00edtica de Estado»

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La República Argentina constituye un caso excepcional en la región, como uno de los países en los cuales se puede incluir el sistema de salud. La precoz incorporación de los derechos civiles y sociales se reflejan en hechos tales como: el haber sido el primer país del continente en abolir la esclavitud, en haber incorporado el voto femenino o el haber desarrollado, ya en la segunda mitad del Siglo XIX, la educación pública, universal y gratuita, y fundamentalmente, en priorizar el sistema sanitario.

 

Sin embargo, nuestro país no escapó de los mayores azotes políticos y económicos que castigaron a los estados vecinos de la región: los golpes militares y sus consecuentes gobiernos dictatoriales, los conflictos internos armados, la crisis de la deuda externa y periodos de alta inflación con bajo crecimiento.

Al Sistema de Sanitario Nacional, lo podemos identificar según cuatro modelos de Estado en relación a las políticas sociales. Estas etapas son: La Policía Medica, el Estado de Bienestar, el Modelo Desarrollista y el Modelo Neoliberal.

Durante una extensa primera etapa, la Policía Medica, actuaba totalmente independiente a las funciones del gobierno. Para esa Nación fundada en ideas  liberales, la salud era considerada un problema privado. La preocupación no se centraba en ocuparse de las necesidades sanitarias de la población, sino en evitar la propagación de las consecuencias negativas de las enfermedades, y en especial de las epidemias. Se trabajaba en “aislar a los enfermos” en lugar de prevenirlos, lo que se relacionaba más con las prácticas autoritarias que con los derechos y democracia. 

Esta forma de encarar el tema configura un primer rol del Estado con relación a la salud, más que como proveedor, financiador o regulador del mercado de salud, pasaba a ejercer funciones de control. Entre sus responsabilidades constaba la de mantener a los más pobres aptos para el trabajo y menos peligrosos para los ricos. 

Hacia fines del Siglo XIX esta modalidad ya coexistía con una segunda circunstancia de carácter asistencial, preocupada por la atención médica enferma.

El surgimiento de nuevas amenazas a la calidad de vida, como guerras, epidemias y grandes catástrofes, sumado a la expansión de demandas sociales, impulsó una progresiva incorporación del Estado en la cuestión de la salud, originando al Estado de Bienestar. Se observan así los primeros pasos del modelo del seguro social bajo un esquema de protección, cuya característica principal es su vinculación al mundo del trabajo. 

Los gremios y sindicatos se hicieron cargo de la salud de los trabajadores mucho antes que la Nación y el mercado. El seguro gremial evoluciona hasta la intervención del Estado. Es entonces cuando el gobierno incorpora funciones de regulación en el mercado de trabajo; con una leve regulación de las empresas adquiere responsabilidad en el financiamiento de las acciones. Surge el Estado “responsable-garante” del derecho a la salud y el de las organizaciones sindicales nacionales, y para estatales que más tarde dieron origen al sistema de obras sociales. Se evidencia en esta época una multiplicación de la oferta pública universal y gratuita de los servicios de salud.

El problema que enfrentó este sistema fue la escasez de recursos públicos, originando el fin de este ciclo y dando por comienzo a las políticas de austeridad fiscal. Emerge el Modelo Desarrollista con intentos por disminuir el gasto en salud mediante propuestas de nacionalización del sector público, que en la práctica, se traduce en la paralización del crecimiento de la capacidad instalada e incluso del deterioro de la existente. Las propuestas de descentralizar y desburocratizar, específicamente dirigidas al cuestionamiento del modelo organizativo peronista, concluyen por transferir a las administraciones provinciales la red de hospitales públicos. Esto impacta diferencialmente a los gobiernos provinciales según su capacidad de gasto y gestión, profundizando carencias preexistentes. 

Durante esta fase, los organismos estatales se expanden y promueve a desarrollarse una capa tecno burocrática, con vinculaciones en el sector empresarial nacional e internacional, directamente comprometida en tareas de planificación de desarrollo a partir del estimulo de la iniciativa privada.

El Modelo Neoliberal de Estado burocrático-autoritario que se inserta en la Argentina a partir de 1976, asume características fundacionales y desarrolla todos sus esfuerzos en erradicar las bases del Estado de compromiso que asumía funciones de intervención, de mediación de intereses conflictivos, con un fuerte rol en la distribución del ingreso a través de instrumentos fiscales, que asumía un compromiso activo con el desarrollo industrial y donde las políticas sociales tenían un papel fundamental.

Los Gobiernos nacionales y locales que se sucedieron en los períodos de transición y consolidación de la democracia no consiguieron encontrar fórmulas superadoras a las recetas básicas centradas en la contención del gasto, en la fragmentación de los derechos, en la privatización de los servicios y en la desvinculación del gobierno central de cualquier compromiso de gestión que pudiera evitar conflictos.

En Argentina se ha logrado definir como Política de Estado a la salud. Esto se ve reflejado en lo que representa el gasto con respecto al PBI, que según datos del Banco Mundial, representa casi un 10%. 

Los principales programas que desarrolla el Ministerio de Salud son: Atención a la madre y al niño, el Plan Nacer y el Plan Remediar. Incluso, en los últimos diez años ha habido un incremento significativo que se refleja en mejores salarios para el sector y equipamiento con tecnología de última generación. 

Los principales indicadores muestran mejoras significativas con respecto a años anteriores y lo mismo sucede al comparar los resultados con otros países de la región.

A pesar de los logros obtenidos en esta década ganada, existen algunas cuestiones sobre las cuales se debe seguir mejorando, aquellas relacionadas a la eficiencia y productividad del gasto en salud. Se debe generar una mejor coordinación de políticas entre los distintos niveles gubernamentales: Nación, Provincias y Municipios. 

Mientras otros gobiernos dejaron de lado a la salud como política de estado, nuestro país ha tomado la fuerte decisión de encarar el tema como uno de sus ejes centrales de gestión.

Por: Lic. Pablo Bolino

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