Comunicados

“Redistribución de las Riquezas”

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La Argentina vive un proceso de transformación profunda en el cual los beneficios sociales y las mejores condiciones de vida para todos los ciudadanos son pilares fundamentales.

 

En los últimos meses, diversos comentarios y propuestas de proyectos han abocado la posibilidad de gravar la renta de diversas actividades económicas. Esta situación redistribuiría la riqueza de varios sectores beneficiando a mayor cantidad de personas y a la sociedad en general. Desde el CENTRO ESTRATÉGICO PARA EL CRECIMIENTO Y DESARROLLO ARGENTINO avalamos las iniciativas que otorguen mejores condiciones de vida y desarrollo social a todos los ciudadanos, manteniendo el crecimiento sustentable hacia el futuro y la inclusión.

Gravar la renta significa retener una pequeña parte de amplios réditos que logran sectores minoritarios redistribuyendo estas ventajas a una mayor cantidad de personas. Cabe destacar que los rubros afectados mantienen un conjunto de condiciones auspiciosas para su actividad, por lo que destinar una parte de sus beneficios individuales al común no modificaría su operatoria ni rentabilidad en general.

Dos de los sectores principalmente observados a la hora de implementar esta medida son el financiero y el minero. En el caso del sector financiero, gravar la renta de los grandes inversores del rubro permitirá destinar una pequeña porción de las ganancias a la economía real, impulsando nuevos proyectos y mayores desafíos. El sector minorista queda exento de esta situación como también es similar el escenario para los “re-inversores” de sus ganancias en la economía y diversos rubros.

Estudiando esta posibilidad, una de las cuestiones que se motoriza tiene que ver con la combinación o articulación de la imposición a la renta financiera, hasta ahora exenta, y, paralelamente, una suba sustancial en el mínimo no imponible del IIGG -otro punto que aún despierta diferencias-. Claro está que, a nivel presupuestario, una eventual modificación como la última generaría una caída en la recaudación que debería ser equiparada por un ingreso de, mínimamente, igual cuantía. De esta forma, se busca lograr un avance notable en materia de equidad y lógica tributaria. El planteo no resulta nada descabellado -como mencionan algunos sectores más cercanos al neoliberalismo-. Buena parte de las naciones desarrolladas, aplican en la actualidad distintos impuestos que gravan la renta financiera y también, sin alejarnos demasiado en la región, lo hacen países como Chile y el muchas veces elogiado modelo económico de Brasil.

Cabe mencionar que según datos oficiales publicados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), los bancos privados aumentaron sus ganancias promedio durante 2011 y 2012 en un 40.1%, muy por encima de los incrementos salariales que generaron (teniendo en cuenta que estos representan, aproximadamente, un 60% de los costos que afrontan los mismos). A su vez, es importante remarcar que durante los últimos años la actividad y la mencionada rentabilidad de los bancos crecieron muy por encima de la media de la economía. Remarcando que en el año 2012 el PBI creció un 1,9% y, el sector financiero, lo hizo en un 19,6%.

Por su parte, el sector minero es otro de los rubros que ha venido acumulando amplias ganancias en este último tiempo, beneficiado por la coyuntura y la riqueza del suelo. La minería es una actividad que permite obtener importante rentabilidad, gravar la renta obtenida permitiría destinar parte de estos beneficios al resto de la población y la economía. Un aspecto a considerar en este rubro consiste principalmente en transferir los recursos obtenidos de la naturaleza al territorio mismo, es decir que por un lado se obtienen ventajas de una zona geográfica, pero a su vez mejorar esa región, reinvirtiendo en la zona las ventajas del suelo mejorando las condiciones sociales, productivas y naturales.

En conclusión, establecer el gravamen sobre la renta financiera, sería un paso importante y razonable para nuestra economía. No solo por una cuestión de lograr una redistribución más equitativa de la renta, sino también por el hecho de que el planteo no se encuentra descontextualizado dadas las ganancias que acumuló el sector financiero durante los últimos tiempos. Al mismo tiempo, el Estado obtendría mayores recursos de una actividad muchas veces especulativa, permitiendo la reasignación de los mismos hacia el sector productivo, con el fin de financiar el desarrollo real.

Iniciativas para gravar la renta de sectores específicos conlleva un doble efecto: por un lado permite redistribuir ganancias hacia toda la población incluyendo mayor cantidad de personas, y por el otro incentiva la reinversión de utilidades incrementando la producción y expandiendo la oferta.

Desde CECREDA auspiciamos estos proyectos estratégicos que propicien al desarrollo económico y social de nuestro país. Propuestas que optimizan la producción y la expansión contribuyendo a la inclusión social conducen a un sendero de verdadero crecimiento económico con equidad.

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