Notas de Opinión

Rumbo a RÍO + 20: una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible

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De cara a la “Conferencia de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible” a realizarse en la Ciudad de Río de Janeiro en Junio de 2012, y como parte de una sociedad comprometida con la integración regional, debemos comenzar a debatir los conceptos de economía verde y desarrollo sostenible, que ocupan la agenda de los gobiernos de America latina y del mundo. Ello como parte de un presente que conlleve una visión de futuro para las generaciones venideras en cuanto al mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad en su conjunto y de la erradicación de la pobreza.

 

Las crisis suelen ser oportunidades de crecimiento. En este sentido, la crisis mundial  se erige hoy en una oportunidad para corregir y mejorar las organizaciones económicas de los países de modo tal que la sostenibilidad ambiental, la justicia social y la equidad sean temas a tratar en conjunto con los modelos económicos en articulación con  políticas multidisciplinarías que no prioricen en forma exclusiva y excluyente el crecimiento económico.

Existe una realidad que hoy nos toca de cerca;  debido a los modelos económicos dominantes a nivel mundial hemos consumido más biomasa de lo que la tierra produce, lo que en otras palabras significa que hemos agotado el capital natural cuyos servicios de los ecosistemas son una parte esencial del bienestar de los pobres. Esta ecuación  arroja el siguiente resultado en términos generales: “hemos agravado la pobreza persistente”. De no revertirse esta situación, de no replantearse los modelos económicos como conjunto de medidas interdisciplinarias, estaríamos frente a una grave amenaza actual y devastadora para las generaciones futuras.

 

Pero ¿qué se entiende por “Economía Verde”?

Una de las definiciones más aceptadas es aquella que la entiende como “el sistema económico compatible con el ambiente natural, amigable con el medio ambiente, ecológico y socialmente justo”. Dentro del universo de las definiciones existentes, ésta es la que mejor se ajusta al modelo de país que pretendemos tener, habida cuenta que menciona a la economía verde como sistema socialmente justo. Es decir que se trata de un sistema que debe ser compatible con la “Justicia Social”.

América Latina, en un franco proceso de desarrollo y crecimiento sostenido, viene trabajando desde hace tiempo en el refuerzo de este concepto mediante la implementación de políticas económicas que, a las claras, muestran una situación social y económica incluso mejorada respecto de muchos países desarrollados.

Cuando hablamos de economía verde, hablamos de uno de los tres pilares sobre los que se basa el “desarrollo sostenible”, a saber: económico, social y ambiental. Hoy en día no debería ser posible concebir un sistema económico que no contemple en forma conjunta el aspecto social y el medio ambiente y es por ello que la Conferencia de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible que tendrá lugar el año entrante en Río de Janeiro tratará como tema central la cuestión de la economía verde, la erradicación de la pobreza y el marco institucional para el desarrollo sostenible, debiendo contemplar también cuestiones como la democracia y la gobernabilidad.

 

Entender un sistema de economía que contemple la Justicia Social tiene que ver con no comprometer la capacidad de las generaciones futuras en cuanto a la satisfacción de sus necesidades, con tener en cuenta los derechos de los países pobres y las obligaciones de los países ricos así como la obligación de la gente rica de cambiar sus niveles de consumo excesivo, asegurar condiciones laborales decentes, entre muchas otras cuestiones. En este sentido, estamos en condiciones de afirmar que nuestro país ha tenido en los últimos años grandes avances y el nivel de desarrollo económico en el que se encuentra hoy en día es una realidad innegable y ya reconocida a nivel mundial.

 

Partiendo de la premisa de que la economía se encuentra inserta en la naturaleza, es dable sostener que existen entonces límites al crecimiento material y problemas ambientales críticos. Tomar la economía como ciencia que contemple una multiplicidad de variantes nos permitirá vivir un mejor presente y asegurar a las futuras generaciones condiciones de vida dignas. Hoy en día ninguna disciplina tomada en forma aislada contempla la totalidad de la problemática ambiental y es por ello que el trabajo interdisciplinario, conjuntamente con la creación de una conciencia colectiva, se impone.

 

La postura conjunta que asuman los países de América Latina y Caribe en la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible será el puntapié inicial de un nuevo camino que seguramente permitirá trabajar en la erradicación de la pobreza no ya como sueño, sino como realidad.

 

Dra. Virginia Luna

Abogada- Universidad Católica Argentina

Diplomada en Derecho de la Seguridad Social- UCES

Miembro Comisión Directiva Asociación de Abogados de Buenos Aires

Presidenta de la Comisión de Integración de América Latina y Caribe- AABA

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