Todos los años realizan informes con relevamientos trimestrales a nivel nacional. El estudio expuso que más del 51% de las personas consultadas afirmó que su situación económica empeoró durante 2016.
Y de cara al año siguiente, más del 65% opina que espera que su situación se mantenga o, incluso, empeore. Entre los puntos más relevantes en los que se hace hincapié se encuentra la pérdida del poder adquisitivo, el aumento del precio de bienes y servicios afectados por la inflación, y la falta de posibilidades de ahorro. La perspectiva a futuro es negativa.
Según Uccellatore, la gente ha tenido una inflación del 45% en lo que va de 2016 y esta no espera un tope del 17% para el año que viene como se ha prometido. Más del 40% de los encuestados espera que se implemente entre el 25 y 40% anual, mientras que las previsiones consideran que llegará a un punto entre el 23 y al 29%. Eso sí, siempre y cuando el valor del dólar no tenga una devaluación brusca, que determina un precio.
El estudio reveló que a la población se le dificulta pagar tarjetas de crédito y deudas asumidas en el pasado, por lo que se ven obligados a optar por segundas y terceras marcas, y hacer compras en menor cantidad. Es por ello que “lo primero que hace es dejar de cambiar un televisor o distintos muebles. Lo mismo sucede con salir a comer o comprarse ropa”. Al mismo tiempo que a las pymes, principales creadoras de fuerza de trabajo en la Argentina, se les dificulta mantener una estructura de costos a causa de la ausencia de estabilidad del nivel de precios.
Finalmente consideró que en 2017 puede que se revierta mínimamente, aunque va a ser difícil que cambie la economía real de los trabajadores. Sin embargo, afirmó que los beneficios se verán al nivel de las grandes empresas, por eso lo importante es que creen e incorporen mayor cantidad de trabajadores.