La multitudinaria marcha del martes convocada por la CGT, forma parte de un retrato que preocupa al Gobierno Nacional. El de distintas movilizaciones que a lo largo de la semana ponen de manifiesto el descontento general con la situación económica del país. La masiva participación de diferentes sectores representativos de la ciudadanía sobrepasó la propia convocatoria gremial y contó con la actuación de diversos sectores de la clase media, trabajadora, y también de empresarios que quisieron dar testimonio de su situación.
De esta manera, la manifestación tuvo también un claro mensaje respecto a las medidas de apertura a las importaciones, de aumentos de las tarifas de los servicios públicos, como así también, de pérdida del poder adquisitivo. En definitiva en contra de las políticas públicas adoptadas (que pronosticaban una mejora en las condiciones de vida de la población), que están provocando un empeoramiento de la situación laboral y productiva a nivel general.
Sin embargo, la falta de firmeza de la cúpula de la Confederación General de Trabajo (CGT) en adoptar una medida de paro nacional en defensa de los intereses de los trabajadores y la dilatación de este anuncio, provocó que sectores de las bases protestaran contra los propios dirigentes.
En tal sentido, puede encontrarse coincidencia en un reclamo que se traduce en una doble falta de representatividad, por un lado, por parte del Gobierno, y por el otro, por parte de la Confederación gremial.
Cuando se analizan los datos que arroja el sondeo podemos ver que queda en evidencia el alto nivel de descontento con la dirigencia sindical que manifiestan los participantes. Esta situación queda expuesta en las variables que indican los niveles de imagen de los distintos líderes sindicales, que por amplio margen superan en imagen negativa a la positiva.
Además debemos considerar la evaluación negativa sobre el accionar de las confederaciones de trabajadores que realizan los encuestados, esta variable, cabe aclarar, está condicionada directamente por lo que los encuestados consideran una falta de respuesta seria en cuanto a plan de lucha contra el cambio de rumbo político.
Por otro lado, a pesar de que en 2016 se realizó una unificación en la CGT, no se logró modificar la antigua imagen disgregada, esto queda en evidencia cuando el 14% de los encuestados creen que Hugo Moyano sigue siendo parte de la conducción.
En contraste, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), que tuvo un accionar y un discurso más combativo e interpelante en cuanto a la defensa de los intereses de los trabajadores, en comparación con la CGT, posee un mejor concepto entre los encuestados. Mucho tiene que ver en este resultado, la postura proactiva de “enfrentamiento” con el Gobierno Nacional, sumado a la mejor imagen que cuentan los dirigentes que la comandan (Pablo Micheli y Hugo Yasky).
Por último, el 56% de los encuestados no está afiliado a ningún sindicato y el 24,6% no elegiría ninguno para afiliarse, estos indicadores continúan en la misma línea de los anteriores acentuando la disconformidad. El factor que se considera como clave a la hora de elegir un sindicato es el factor económico, ya que en general, se prioriza el nivel salarial que logran obtener los afiliados de un sindicato o gremio cualquiera. En este sentido se comprende la mayoritaria elección que hubo por parte de los encuestados para con la Federación de Camioneros al momento de evaluar un posible gremio al que se afiliarían.
Lic. Christian Maneffa
Para ver el sondeo de la Consultora de Imagen y Gestión Política (CIGP), hacer clic aquí (http://cigp.com.ar/sondeo-sindicalismo-2017-referentes-e-imagen-sindical/)
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